15 de noviembre de 2011

El Vocero

La Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) ha pagado cifras multimillonarias por la compra de un combustible más limpio y costoso, que no es el que realmente recibe en sus plantas, pero que de todas maneras se lo cobra a los clientes en la factura desde al menos el 2009, según una investigación de EL VOCERO.

La magnitud es insospechada porque fue ayer que este diario sacó a la luz una aparente conspiración para ocultar que reciben un combustible que no cumple con el parámetro de azufre permitido por la Agencia federal de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) y que se incumplen las especificaciones de los contratos de compra.

El director ejecutivo interino de la AEE, Otoniel Cruz Carrillo, no tiene cifras de cuantos embarques pueden haber recibido bajo esas circunstancias. Pero, documentos en poder de este rotativo dan cuenta de varias instancias en distintas centrales del norte y sur de Puerto Rico.

"Lo correcto es que no se aceptara ese combustible", aseveró Cruz Carrillo al reaccionar a la evidencia en poder de este diario. El funcionario indicó que se disciplinará a los responsables.

EL VOCERO también corroboró con la Oficina de Prensa de la corporación el hecho de que nunca han devuelto barcazas a los suplidores por incumplir las especificaciones de contrato sobre el combustible requerido.

No existe evidencia de que la AEE haya reclamado incumplimiento de contrato a los proveedores del combustible en esos casos. Solamente en un caso se informó, por parte de un intermediario, que no recibirán más combustible de un proveedor.

La magnitud del costo podría medirse si se toma en cuenta que una sola barcaza enviada a los tanques de almacenamiento de la central termoeléctrica Aguirre, en Salinas, el 19 de mayo de 2010 tuvo un costo de cerca de $5 millones. Sin embargo, una auditoría interna de la AEE detalló que ese combustible incumplió el parámetro de 0.50 por ciento de azufre.

Aguirre recibe barcazas cada tres días para dos de sus tanques con capacidad de almacenaje de 644 mil barriles con el propósito de producir 900 megavatios de energía.

Documentos en poder de este diario revelan que solo en el 2009 la corporación compró cerca de $1.4 mil millones del combustible número seis, conocido como Bunker C, para procesar en sus centrales. Eso representa el 87% del total de casi $1.6 mil millones que compraron en todo tipo de combustibles ese mismo año.

El azufre aumenta riesgo de cáncer y condiciones respiratorias, ha dicho la EPA.

Correo electrónico del intermediario

EL VOCERO pudo examinar el contenido de un correo electrónico del 14 de agosto de 2010 a las 7:54 de la mañana donde se detalló que no se recibiría más combustible de una compañía en el futuro, pero la AEE sí aceptó recibir en sus tanques la barcaza cuyos análisis de laboratorio indican que estaba por encima del parámetro.

La comunicación surgió entre el intermediario Charlie Méndez, de Charlie Méndez y Asociados, y el actual administrador de la Oficina de Combustibles de la AEE, William Clark. Se incluyó en el correo una copia dirigida a José González, del suplidor de Petrowest.

"Confirmando nuestra conversación telefónica de esta mañana, la central Costa Sur de la AEE no va a recibir más productos directamente de Barge Everglades debido a que se encontró que el contenido de los tanques en la barcaza está por encima de las especificaciones (de azufre)", indicó Méndez.

"La AEE acordó completar la transferencia de aproximadamente 70,500 barriles, que se habían programado para descargar desde la barcaza hasta Costa Sur, desde el tanque 1007 siempre que la transferencia comience no más tarde de las 24 horas esta noche (sábado). De acuerdo al reporte de la barcaza, la barcaza ya ha descargado aproximadamente 7,300 barriles para Costa Sur", concluyó el mensaje que obtuvo este diario.

Nota del Editor:

Segunda entrega de serie de artículos producto de una investigación periodística relacionada con las actuaciones de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) en cuanto al cumplimiento con el requisito federal del porcentaje de azufre permitido en los combustibles que usa la corporación para producir energía.