7 de noviembre de 2011
Yahoo
Las preguntas simples son las más difíciles de responder. Si te desafían con algo como "¿cuál es el sentido de la vida?", bueno, podés citar a un montón de gente y divagar un rato. Pero cuando te consultan: "¿Qué me compro, notebook, PC, netbook o tablet?", eso sí que te pone en aprietos. No obstante, he tenido bastante tiempo de meditarlo. Es de lo que más me han preguntado últimamente. La respuesta parece engañosamente sencilla y uno tiende a pensar que todo se reduce a un tema de movilidad. Lejos de eso. La única de estas tres que queda afuera en este aspecto es la PC, y ya sabemos que una computadora personal de 11 kilos en el estudio del primer piso puede usarse desde una notebook en el jardín por medio de la red, y desde fuera de la casa, vía Internet. No obstante, es cierto, podemos decir con bastante justicia que la PC es cero portátil, no sólo para quien tiene que responder mails desde el aeropuerto, no sólo para el que lo hace desde el taxi que lo está llevando al aeropuerto, sino para quien, llevando el concepto de trabajador móvil al mero extremo, envía mensajes mientras aguarda el taxi, de pie en la vereda. Varios se están sintiendo identificados con esto, ¿no? Sí, y una persona en particular sabe que me inspiré en ella para pintar tal retrato. Pero la portabilidad no es la única variable. Si fuera así, las tablets se llevarían todas las palmas móviles y la PC sería la campeona para todo lo demás. Las notebook y netbooks ya no existirían, y asunto terminado. Como se sabe, la verdad es bien diferente: las tablets están explotando, el mediodía de la netbook se está eclipsando y las PC pasan por su peor momento, comparadas con los otros tres formatos. Analicemos, pues. Curso veloz de teclado Un factor igual de importante que la movilidad, y que en gran medida divide las aguas, es cuánto texto necesitamos escribir de un tirón. No alcanza con contar el total de caracteres. Si usted contesta 250 mails por semana, pero sus respuestas se reducen a 200 caracteres, la tablet es posiblemente su mejor opción (a menos que quede descartada en alguna de las otras etapas que quedan por delante). La cuestión es si, como en el caso de los periodistas, programadores, escritores, guionistas, abogados y contadores, entre otros, usted debe redactar los mismos 50.000 caracteres de una vez. En ese caso va a querer un teclado de verdad. Además, escribir casi nunca es sólo escribir. Es también editar. Moverse rápidamente por la página con el teclado virtual de una tablet es como caminar para atrás por un piso aceitado. Pero supongamos que aún así está encaprichado con las tablets; esto suele esconderse detrás de la consulta, y es de lo más comprensible. Necesitamos que alguien que parece saber legitime nuestro capricho. En ese caso cómprele un teclado a su tablet. Uno de verdad, de los que tienen teclas cuyo clic-clic-clic no sale de un parlante y que responden con el feedback que, a Dios gracias, sigue teniendo la realidad. Es complicado ¿Así que una tablet con teclado resolvería todo el asunto? No, ni cerca. Primero, porque la idea de comprar una tablet para añadirle un teclado se parece a la de adquirir un deportivo de dos asientos y luego adosarle un carrito para llevar al resto de la familia y al perro. Es un concepto complicado. Cuando queramos acordarnos también le habremos añadido un disco externo, un mouse, un adaptador para hacer proyecciones y, en el caso de la iPad, un lector de tarjetas de memoria. Al final del día podría descubrir, además, que uno de los sitios que más visita usa Flash. Si compró una iPad habrá invertido un montón de dinero en algo que ya le impone una desventaja formidable. Anote: si algo tiene de fantástico el modelo de la PC, que en gran medida sigue Android y éste es uno de los motivos por los que le está yendo tan bien, es que impone cero restricciones. ¿Flash? No hay problema. ¿HTML5? No hay problema. ¿Quiere escribir su propia aplicación? No hay problema. Así que si está indeciso entre una tablet y una computadora portátil (netbook o notebook, ya llegaremos a eso), entonces es porque necesita una portátil, no una tablet. Lo simple es bello Lo bueno de las tablets, y lo que explica la popularidad de la iPad, es que sirven para cuatro o cinco cosas y nada más. Leer libros, el diario y las revistas, visitar las redes sociales para postear breves actualizaciones, ver videos y fotos, transitar la Web, algún que otro jueguito. Y ya. Desde luego, muchos le encuentran y le encontrarán usos de lo más creativos, como es el caso de los músicos (ver www.youtube.com/watch?v=np7t3t449cE y www.youtube.com/watch?v=8OI46zvcmWo ). Pero hay que apuntar aquí que la virtud es menos de la tablet como formato que de las pantallas táctiles como tecnología. A fin de cuentas, una tablet es, en el fondo, una computadora. Los sintetizadores, secuenciadores y samplers también son computadoras. No hace falta más que unir los puntos. En todo caso, la iPad y sus equivalentes sirven para todo aquello que la notebook y la netbook hacen muy mal, es decir, disfrutar de contenidos digitales. Antes de invertir dinero considérelo desde este punto de vista y seguramente acertará. Simultáneamente Pero hay otro asunto por tomar en cuenta respecto de esto. No sólo es si quiere leer diarios y libros y revistas en formato electrónico o si necesita escribir largas parrafadas de texto. Está también el asunto de si hace estas dos cosas por separado. Muchas personas que conozco o miran el diario o escriben. Tiene sentido. Pero no es mi caso. Tengo dos tablets en casa, y lo único que hago es cargarlas cada tanto para que no se arruinen las baterías. No llegó a engancharme. ¿Por qué? Porque paso la mayor parte del tiempo produciendo. Leo mucho en la Web, pero no hago esto de forma exclusiva casi en ningún momento, y es bastante raro que me quede mirando la pantalla en una red social sin ponerme a interactuar. Además chateo casi todo el tiempo, cuando estoy en la compu, y con varias personas a la vez. Así que el formato tablet no me resulta práctico, no me sirve prácticamente para nada. Casi lo único que sí hago con toda mi atención enfocada es leer literatura, y los smartphones me dan mejor servicio para esto, como ya he dicho en otra ocasión, porque son más pequeños. Llevar 100 libros en el bolsillo chico del saco es un sueño para mí. Sin embargo, el formato tablet le resulta de enorme utilidad a muchísima gente que no vive de ingresar texto o que, por el motivo que sea, no hace las dos cosas a la vez. Más allá de que una porción de la fiebre tablet tiene que ver con eso, con la fiebre, es obvio que para consumir contenidos digitales es mucho pero mucho mejor que las notebooks y netbooks. Abra las pestañas Eventualmente, además de un teclado necesitará cantidades descomunales de espacio en disco, contenedores de RAM y mucho poder de cómputo. No, no estoy diciendo que no va a poder seriamente editar dos horas de video de alta definición en una tablet. Esto es obvio. Pero piense en su forma de trabajar. En su pantalla hay a diario un libro de Excel con 19 hojas, ocho documentos de Word, 26 pestañas de Firefox -con imágenes, videos y animaciones- y, claro, el Outlook, cuya casilla acumula algo así como 1,76 GB de mails. Oh, y el Messenger . Y Skype . Y el Windows Media Player , porque, vamos, un poco de música no viene nada mal para amenizar la jornada. ¿Dije TweetDeck (110 MB de memoria RAM)? Si esto es así y resulta que le ha tocado o ha elegido uno de esos trabajos donde suma millas, entonces va a necesitar una notebook. Notebook, no netbook. Una buena y poderosa y costosa notebook. Sería ideal una PC, la más potente que haya en el mercado, de esas que hay que atornillar al piso para que no leviten. Pero usted necesita llevarla de acá para allá. Así que compre una notebook de buena marca, robusta y potente, y una mochila con rueditas. No sueñe con que la tablet, al menos de momento (esto cambiará en el futuro), pueda reemplazar a una notebook. No tienen ni poder de cómputo, ni memoria, ni espacio de almacenamiento para competir con aquella. No, tampoco la netbook podrá con esa carga de trabajo. Justo en el medio OK, ¿y entonces por qué las netbooks se impusieron y siguen vendiéndose más o menos bien? Por el mismo motivo que lo tienen los autos urbanos supercompactos. ¿Para qué puede servir un coche tan limitado? Para todo aquello que un sedan normal sería demasiado. Y sin las desventajas de la motocicleta. La netbook se estaciona sin problema en cualquier mochila (no necesita una para ella sola), sus baterías duran más tiempo entre cargas y son considerablemente más baratas que las netbooks e incluso que una buena PC. Sí, el poder de cómputo es menor y traen menos RAM y menos espacio de disco. Pero resulta que uno de estos aparatitos tiene cientos de veces más potencia, memoria y espacio de almacenamiento que las PC de hace quince años. ¡Cualquier netbook ofrece 4000 veces más espacio de disco que la segunda PC que tuve! Por lo tanto, bien configuradas, y si se las usa para tareas modestas de la forma correcta, dan un resultado excelente a un costo muy razonable. ¿Su virtud? Están en el medio del espectro portátil. De camiones y cómputo Si no necesita moverse con su computadora y no tiene gravísimas limitaciones de espacio, la PC sigue siendo el formato con la mejor relación precio-rendimiento y, por mucho, el más fácil de actualizar, escalar y adaptar. No es nostalgia geek. Es sentido común. A su notebook o tablet no va a poder cambiarles la pantalla por otra de 26 pulgadas; a lo sumo, podrá conectarlas a un monitor más grande, pero, ¡ups!, ya no serán portátiles en ese caso. No podrá reemplazarles la placa de video por otra más potente. Ni añadirles un disco duro interno de 1 terabyte. Los repuestos de la PC son más económicos y el régimen de temperatura al que trabajan es menor. Duran más, en otras palabras. Y, como formato, no imponen limitaciones de ningún tipo, excepto que no son portátiles. Steve Jobs comparó el año último a la PC con los camiones y equiparó las tablets con los coches familiares. La conclusión parece obvia: poca gente necesita un camión y a la mayoría de nosotros le alcanzará con un sedan familiar. Bueno, esta comparación tiene larga data y viene de la época en que Jobs estaba trabajando en la primera Mac. Una de sus diseñadoras le propuso poner todo en un equipo chato, tipo tablet con la pantalla integrada. Jobs le contestó que ésa era la idea, pero que la tecnología todavía no lo permitía. De esto pasaron casi 30 años. Lo que Jobs veía en 2010 no era distinto de lo que vio en 1982. El problema es que la tecnología sigue sin permitir que las tablets reemplacen a las computadoras personales. El formato es viable, pero tómeme la palabra, las tablets de dentro de cinco años harán que la primera iPad parezca un hacha de pedernal a todo color. El otro inconveniente de esta comparación es que las computadoras no tienen ningún punto en común con los vehículos. Ninguno. Esa comparación es válida sólo para establecer que no se los puede comparar, si me permiten el recurso recurrente. Es más: algunos de estos formatos son complementarios, según el estilo informático de cada uno. En mi caso, me funciona mejor la combinación PC+netbook que PC+tablet . Pero no se asombre si termina descubriendo que su fórmula ideal es notebook +tablet; tiene mucho sentido. Quizá le resulte smartphone+tablet . Quizá, netbook+smartphone. Ya sé que hoy la PC tiene mala prensa y si querés ser re-top necesitás andar con una tablet debajo del brazo. Pero las decisiones brillantes se toman sin mirar la moda y se pagan con dinero real. Piense bien cómo es su estilo de trabajo y sus necesidades de poder de cómputo. Todo lo demás es secundario.