15 de septiembre de 2011
El Nuevo Dia
Antes, durante y después de la demanda entablada por el artista brasileño Romero Britto contra comercios locales por falsificar y vender productos ilegales con sus diseños en Puerto Rico, el ineludible perjudicado es el propio creador. Dos expertas en arte coincidieron que la copia hasta la saciedad de los productos originales de este artista supone diversos efectos negativos en su nombre y obra. Basta con echar un vistazo a través de las calles para constatar que un sinnúmero de hombros exhiben las carteras de Britto, entre otros productos, que si bien pueden ser auténticas, otras tantas no lo son. "Desgraciadamente, todo artista que se aventura en el mundo de la moda corre el riesgo de que se le copien sus productos en producciones baratas para alimentar una curiosidad masiva. Este es, si se quiere, el precio de la fama", expuso Lilliana Ramos Collado, curadora del Museo de Arte Contemporáneo (MAC). Según Ramos Collado, el hurto de la propiedad intelectual de Britto afecta adversamente sus ingresos. "La marca distintiva de un artista es suya y cualquier usurpación ilegal de esa marca va en detrimento del artista y su obra en lo que se refiere a su derecho propietario", enfatizó. La licenciada Frances Santiago, especialista en derecho de arte, mencionó que esta situación le genera a Britto contrariedades respecto a su cuerpo de trabajo. "Britto enfrenta que se devalúe su imagen artísticamente porque lo que se ve por ahí no son necesariamente creaciones de él, sino reproducciones de pobre calidad o hasta mezclas de pedazos de obras suyas con reproducciones", dijo la abogada al aclarar que, en el mundo, existen casos iguales para los cuales no se han ejecutado demandas. De hecho, Santiago denunció que en Puerto Rico "hay tiendas por departamento que venden a precios descabellados seudoserigrafías del artista Alfonso Arana". La mutilación de la obra de un artista, en este caso Britto, y la proliferación de su imagen sin su autorización no favorece a su línea de productos, de acuerdo con Santiago. "Al inundarse el mercado con la imagen que la gente piensa que es de Britto, sus obras originales, lienzos y esculturas sencillamente no se pueden vender", afirmó. Y es que, en esta historia, Britto no es el único que sufre secuelas de cara a su obra. "Los galeristas que tienen obras de Britto no las pueden vender porque nadie desea comprar una pieza en el justiprecio (lo que vale en el mercado) ya que el mercado se ha lacerado con una imagen falsa. Por eso, su obra se ha devaluado y el comprador no quiere invertir en el original", explicó Santiago. En las garras del mercado Una vez en el mercado, el artista puede experimentar innumerables situaciones contradictorias entre la reproducción de su nombre y los derechos que amparan su obra. Según Ramos Collado, el mercado puede ser "cruel y traicionero" y, dentro de ese círculo, "el artista se transforma en un producto de sí mismo". Por ejemplo, Ramos Collado llamó la atención sobre hasta qué punto se conocen alrededor del globo la "Mona Lisa" de Leonardo da Vinci o las obras de Pablo Picasso versus las innumerables camisetas y productos que se han manufacturado en torno a estos. "En el mundo no se puede perseguir a todo el que hace estas copias, pero aquí se puede porque los negocios están cerca y se puede hacer una redada", observó Ramos Collado sobre esta problemática en el marco de un sistema capitalista que, como aseguró, es el que da a conocer y viabiliza que se distribuya la obra de los artistas. Esta demanda pone de manifiesto, según Santiago, "que lamentablemente de todo lo que se está vendiendo, Britto no cobre un centavo porque no cobra regalías del uso de su nombre, su imagen, ni de los productos que se están vendiendo". La movida Anti-Britto A juicio de Ramos Collado, la masificación del trabajo de Britto podría impactarlo positivamente "al aumentar su visibilidad como artista" entre personas que nunca han visto alguna de sus obras de escala internacional. Sin embargo, el alcance de la moda de los productos de Britto ha implicado que algunos consumidores tengan reservas de adquirir un producto relacionado a dicha marca. A pesar de que este pueda ser auténtico. Katherine Cruz, propietaria de la tienda Innovations en el Hotel San Juan, uno de los locales autorizados para vender los productos originales del artista pop, expresó que muchas personas le han comentado que "les da bochorno andar con alguna cartera de Britto porque todo el mundo las tiene". Estipuló además que estas duplicaciones no consisten solamente en la copia ilegal del producto sino en la reproducción de la etiqueta de marca que garantiza que la pieza es original. Pero ante el futuro de la línea de cara a este litigio, Cruz declaró que "el que haya un ‘boom’ de las copias no significa que la línea vaya a desaparecer". Cruz narró con desasosiego que, en una de las carretas de la línea Britto que tiene en un centro comercial, ha tenido que lidiar con público que le ha gritado a sus empleados frases como "Me apesta Britto" o "Brittolera". La creación de la Coalición Anti-BRITTO -una página en Facebook que declaró ayer "El día internacional Anti-BRITTO" ante la noticia de la demanda y que, al momento de escribir estas líneas, contaba con 38,787 usuarios que le habían dado ‘Like’ al perfil- y la repetición de los productos asociados al artista han repercutido en una apatía generalizada no tan solo por sus diseños sino por el propio Romero Britto, concordaron Santiago y Cruz. "Que a nadie se le olvide que Britto viene de una favela y que el artista y su fundación trabajan con escuelas y niños de escasos recursos. Eso se pierde porque la gente identifica el nombre de este artista con algo negativo", lamentó Santiago, quien expuso que no se puede culpar al artista si este no quiere regresar a Puerto Rico porque "lo están maltratando, lo están mancillando". Vale recordar que este hacedor artístico estuvo en agosto del año pasado en la Isla, traído por Sylvia Villafañe, dueña de la Galería Petrus, en Miramar. En esa ocasión, el artista presentó obras recientes suyas como parte de la muestra "Britto Fever", que se nutrió de pinturas, serigrafías, esculturas y otros trabajos. Solo el tiempo dirá si la obra de vibrantes colores y formas de Romero Britto sobrepasará la resaca del plagio y las repercusiones de este pleito legal. Reacciona Britto Central A continuación, las declaraciones íntegras de Britto Central, compañía matriz del artista Romero Britto, con base en Miami Beach, Florida, en torno al pleito legal radicado el 31 de agosto pasado en el Tribunal Federal contra comercios locales por falsificar sus productos: "Romero Britto es un artista pop internacional conocido por sus llamativos diseños y colorida imaginería. El éxito de Romero ha hecho que sus productos BRITTO sean un blanco de falsificadores. Britto Central, Inc. se ha esforzado en proteger su propiedad intelectual a nivel mundial. En un caso en específico, una demanda ha sido presentada en Puerto Rico contra estos falsificadores para obligarlos a parar la producción y venta de esta mercancía falsificada. Ya un juez federal le concedió a Britto Central un recurso de emergencia y alguaciles federales confiscaron sobre 20,000 artículos falsificados en Puerto Rico durante el pasado fin de semana. Britto Central continuará alerta internacionalmente, para proteger la propiedad intelectual y la integridad del trabajo artístico. Le aseguramos al público y a nuestros seguidores que continuaremos trabajando diligentemente con las autoridades con el fin de proteger a los coleccionistas de Britto".