8 de junio de 2016

Primera Hora

En Puerto Rico se necesitan 253 nacimientos vivos diarios para contrarrestar la emigración anual hacia Estados Unidos de cerca de 64,000 puertorriqueños. Con estos nacimientos se evitaría la disminución sustancial de la población.

Según expertos, el estado demográfico actual de la Isla tiene reducción en el tamaño de la población, en la natalidad, y la brecha entre las cifras de personas que salen y entran del país es cada vez mayor.

La demógrafa Judith Rodríguez Figueroa explicó que la tasa de crecimiento de la población está integrada por tres variables demográficas: la natalidad, la mortalidad y la migración.

Por esta razón, aunque sea positivo el crecimiento natural, que es la diferencia matemática entre nacimientos y defunciones, la fuerza de la emigración es de tal magnitud que anula ese crecimiento natural. Esta ecuación de nacimientos y muertes versus la emigración resulta en una reducción total de la población.

“Los movimientos emigratorios se concentran mayormente en los sectores más jóvenes lo que a su vez contribuye a una reducción en las cifras de personas en edades productivas y reproductivas”, destacó Rodríguez Figueroa.

Durante el 2014, se calcularon 230 emigrantes diarios hacia Estados Unidos, en contraste con el 2015 cuando se reportaron en la Isla 86 nacimientos diarios y 78 defunciones.

“Estos nacimientos no vendrían a sustituir a los boricuas que se han ido, sino hasta 20 años después de su nacimiento ya que se necesita hacer una gran inversión de dinero para que pueda sustituir al que emigró”, explicó.

La demógrafa recordó que Puerto Rico sufrió una situación similar sobre emigración hace varias décadas, pero en aquel momento la población no dejó de crecer. De hecho, señaló que para el 1947 hubo 91,496 nacimientos, registrándose así la cifra más alta de nacimientos vivos. Para ese periodo las mujeres tenían en promedio entre cinco y seis hijos y, en la actualidad, las estadísticas indican que el promedio es de 1.4 hijos.

“La población siguió creciendo para (la década de los años) el 50 y 60, aunque se fueron 800,000 personas, pero la población no mermó, no tuvimos lo que tenemos ahora, siguió aumentando porque el crecimiento natural fue tan fuerte que contribuyó a que la población no indicara una disminución”, detalló Rodríguez Figueroa.

Detalló, además, que la situación actual difiere porque el crecimiento natural es bajo y los movimientos emigratorios son de gran intensidad.

Sociedad vieja

Por otro lado, se ha observado un incremento en el número de municipios con crecimientos naturales negativos, es decir, con más muertes que nacimientos.

Según Rodríguez Figueroa, “estamos bien cerca” de que esa sea la realidad de todos los pueblos.

“Puerto Rico está cerca de entrar a formar parte de los países con un crecimiento natural negativo”, sostuvo la perito en temas de población.   

Los 25 municipios que tuvieron en el 2015 más muertes que nacimientos son: Luquillo, Fajardo, Ceiba, Maunabo, San Juan, Bayamón, Arecibo, Hatillo, Camuy, Quebradillas, Isabela, Aguadilla, Rincón, Utuado, Lares, San Sebastián, Añasco, Mayagüez, Hormigueros, San Germán, Yauco, Guayanilla, Cabo Rojo, Lajas y Guánica.

Rodríguez Figueroa dijo que “los dos grandes grupos poblacionales más afectados por los cambios demográficos experimentados por la sociedad puertorriqueña al presente son los de los extremos de la estructura de edad de la población, a saber, los más jóvenes y los más viejos".

"Mientras, el primer grupo de edad experimentó una reducción significativa, los de mayor edad, por otro lado, exhiben las mayores tasas de crecimiento poblacional", concluyó.

Las principales razones para estos cambios demográficos son las reducciones en la natalidad y los movimientos emigratorios de personas mayormente jóvenes.