14 de septiembre de 2016
Servicios Combinados
Limpiar la poceta o váter es probablemente una de las tareas menos gratas de la limpieza del hogar. Justamente por eso, demorarla o retrasarla no es una buena idea, ya que limpiándolo regularmente se evitan los sedimentos difíciles de combatir, y con ello un esfuerzo y asco excesivos a la hora de acometer la tarea. Con el tiempo, la cal y el sarro se van sedimentando y luego son muy difíciles de eliminar.
Por eso se recomienda limpiar el inodoro todos los días o al menos cada dos días. Con algo de práctica, no lleva más de un minuto: sólo hay que colocar el producto de limpieza en la taza del váter, dejarlo actuar, pasar el cepillo del inodoro y apretar el botón. Luego hay que repasar con un trapo el borde de la taza y el asiento y ¡listo!
Para no desparramar las bacterias es necesario contar con un paño exclusivo para el váter. Aunque sea apenas un repaso, siempre tiene que ser un paño o esponja exclusivo que no se emplee para la bañera, la ducha o la pileta.
Sin embargo, el mayor problema de higiene no reside en el váter mismo, sino debajo del borde del asiento. Nunca está de más insistir con la limpieza en esa zona. Sólo hace falta agua tibia, un limpiador suave y un paño para repasar.
También suele juntarse suciedad en las paredes del asiento, por las que pasa el agua cuando se tira la cadena. Si no se limpia regularmente, la mugre queda fija y luego es difícil de eliminar.
Pero no hace falta emplear productos fuertes o irritantes. El secreto no reside en los productos milagrosos potentes, sino en la regularidad. Incluso los profesionales usan en casos de mucha cal y sarro limpiadores ácidos comunes. Hay que dejarlos actuar 10 minutos y luego limpiar a mano. Si sigue habiendo sedimentaciones, se repite el proceso tantas veces como sea necesario, hasta que todo esté limpio.
Muchos consumidores tienen problemas a la hora de elegir un producto de limpieza, ya que en los supermercados los hay de todo tipo: multiuso, para váter, para baño, para eliminar el sarro... Algunos de ellos prometen limpiar en profundidad y rápido. Si bien esto suena tentador, puede traer algunos problemas si no se emplea bien el producto. El efecto limpiador en esos casos suele depender de ácidos fuertes como el ácido clorhídrico que pueden dañar la piel.
También es importante encontrar el producto adecuado para cada problema. Los productos con mucho cloro desinfectan y blanquean bien. Por otra parte, no tienen sentido los productos desinfectantes para dentro del váter: lo que se necesita allí son más bien limpiadores ácidos para eliminar la cal y el sarro.
Por otra parte, si lo que se busca es proteger el medio ambiente y la salud, se recomiendan limpiadores en base a ácidos cítricos y ácidos lácticos.