15 de octubre de 2014
El Nuevo Herald
El blanqueamiento dental no es una operación del cerebro, aunque la Corte Suprema pareció encontrar un vínculo entre ambos en un caso antimonopolio discutido el martes.
Una de las cuestiones planteadas a los jueces es si resulta injusto bajo las leyes federales que una junta estatal formada en su mayoría por dentistas impida que personas que no son dentistas puedan ofrecer una oferta más económica de servicio de blanqueamiento dental.
La respuesta podría volverse contra la manera en que la decisión de los jueces afecta a neurocirujanos, abogados y otros cuyas prácticas suelen ser normadas por otros miembros de su respectiva profesión.
La consideración de parte de la corte de la disputa entre la Junta Estatal de Dentistas de Carolina del Norte y la Comisión Federal de Comercio (FTC) es observada con atención por el creciente número de profesiones que requieren licencias y supervisión estatal, con frecuencia a través de juntas formadas por personas del mismo sector y a veces elegidos por sus colegas. La corte federal de apelaciones de Richmond, Virginia, respaldó a la FTC al determinar que la junta entabló una competencia injusta.
El martes, varios jueces manifestaron su preocupación sobre desalentar a la gente de servirse de estas juntas estatales al exponer sus decisiones a cuestionamientos de las cortes. El juez Stephen Breyer fue uno de los magistrados que quería asegurarse de que, cualquiera que sea la decisión del tribunal, no quite autoridad a los expertos.
Recurrió a una junta ficticia de neurólogos para reforzar su postura.
"Querríamos que este grupo de neurocirujanos decida quién puede practicar neurocirugía en este estado. No quiero que un grupo de burócratas decida eso", dijo Breyer.
El tribunal ha aceptado durante mucho tiempo que ciertas medidas que de otra manera generarían preocupaciones antimonopolio son permisibles si son tomadas por las autoridades estatales. El tribunal tiene que opinar sobre la pregunta de si la junta dental está tomando sus decisiones principalmente en los intereses de dentistas o del público, lo que protegería sus decisiones de quejas sobre competencia injusta.
En 2006 la junta dental de Carolina del Norte advirtió a los operadores de quioscos de blanqueamiento dental en centros comerciales y salas de bronceado que están practicando sin contar con una licencia de dentistas. La junta envió cartas en que exigía a los centros comerciales que no permitieran la operación de estos quioscos.