23 de febrero de 2016
BBC
/ Foto por: Google.com |
Algunos lentes de sol que se compran en mercados callejeros no sólo no protegen la vista, sino que pueden aumentar el daño, advirtió recientemente el Consejo Argentino de Oftalmología.
Los anteojos oscuros crean un efecto de cámara oscura que dilata la pupila y, al carecer de filtros para rayos ultravioletas, terminan haciendo que la vista sea más afectada por la radiación UV
Para entender este efecto, se puede "dar forma de tazas a ambas manos y colocarlas sobre los ojos", explicó a BBC Mundo el oftalmólogo Ernesto Ferrer, expresidente y asesor del Comité Ejecutivo del Consejo Argentino de Oftalmología.
"Al abrir los ojos estará un espacio oscuro similar al que producen los lentes para sol no controlados. Esto produce dilatación de ambas pupilas, lo que produce mayor penetración de luz ultravioleta al interior del ojo".
Hasta tumores
"Los rayos ultravioletas afectan la piel y lógicamente los ojos, produciendo desde una irritación pasajera a tumores malignos", señaló Ferrer.
"En el ojo esta radiación afecta la conjuntiva, produciendo irritación y tumores; la córnea, el cristalino y hasta la retina".
expertos recomiendan comprar las gafas de sol en una óptica.
Ferrer aclaró que los niños también deben usar anteojos de sol adecuados cuando están en la playa, en el campo o andan por lugares expuestos a la radiación ultravioleta.
"La irradiación requiere protección a toda edad y lógicamente a los más sensibles, los niños y las personas mayores", afirmó el experto.
Además, también debe tenerse en cuenta la coloración del lente, ya que no son lo mismo las gafas de sol para la nieve que las que se usan para la arena porque la radiación es diferente.
Gran parte de los rayos UV son filtrados por la capa de ozono, por lo que daños en esta capa afectan la intensidad de la radiación que llega a la superficie.
Los rayos UV también son filtrados también por la atmósfera por lo que la radiación aumenta a mayor altura.
"No es lo mismo la irradiación a nivel del mar que a los 5.000 metros de altitud, y además se observa mayor concentración a medida que nos acercamos al Ecuador", señaló Ferrer.
Entender de nanómetros
lentes oscuros pero sin filtros adecuados dilatan la pupila aumentado la penetración de la radiación UV.
El oftalmólogo advirtió que "los anteojos de sol, aunque no tengan aumento, deben ser adquiridos en una óptica porque están hechos especialmente con los filtros de rayos UV adecuados".
Ferrer recomienda tener la menor exposición solar posible, estar atentos a la información de los porcentajes de UV que se emite por los medios de comunicación, usar protectores solares del nivel indicado en cada zona y usar lentes de sol obtenidos en negocios de venta de productos de óptica.
Algo fundamental, para el experto, es solicitar en estos comercios las garantías necesarias y exigir lentes de calidad sin aberraciones.
¿En qué debemos fijarnos al comprar gafas de sol?
La radiación es medida por su longitud de onda en nanómetros. Un nanómetro (nm) es la millonésima parte de un milímetro.
La luz visible va aproximadamente de los 400 a los 700 nm y la ultravioleta de los 100 a los 400.
Para que las gafas protejan contra los tipos más dañinos de radiación ultravioleta, "los lentes deben tener constancias de protección UVB, UVC, entre 290-320 nm", explicó Ferrer.
"La gente desconoce la peligrosidad de los lentes que se venden en la vía pública", advirtió el oftalmólogo.
"Creen que hacen un negocio pero están comprometiendo seriamente su vista".
Los lentes deben tener constancias de protección UVB, UVC, entre 290-320 nanómetros (nm)
Ernesto Ferrer, expresidente y asesor del Comité Ejecutivo del Consejo Argentino de Oftalmología
La Organización Mundial de la Salud señala:
La radiación ultravioleta es parte del espectro electromagnético emitido por el Sol. Mientras que los rayos UVC, con longitudes de onda entre los 100-280 nm, es absorbida por el ozono en la atmósfera, la mayor parte de los rayos UVA, (315-400 nm) y cerca del 10 % de los rayos UVB (280-315 nm) llegan a la superficie terestre.
Pequeñas cantidades de UV son esenciales para la producción de vitamina D, pero la exposición no adecuada puede resultar en problemas crónicos, incluyendo cáncer, que afectan la piel, los ojos y el sistema inmunológico.