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  Por el libro
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4 de abril de 2022

Bloomberg

Los precios de algunos de los productos básicos más importantes del mundo —alimentos, combustibles, plásticos, metales— están subiendo más de lo que muchos consumidores pueden pagar, lo que obliga a numerosos hogares a recortar sus gastos. Y si esa tendencia se acelera, esto podría provocar una nueva recesión, reporta Bloomberg.

 

Remitiéndose a datos de la ONU, la agencia señala que los precios mundiales de los alimentos marcaron un récord en febrero, desde el momento en que el operativo ruso en Ucrania interrumpió los suministros de países que, en conjunto, proporcionan una cuarta parte de los granos y cereales y la mayor parte del aceite de cocina del mundo. 

Asimismo, en Europa las facturas de electricidad se disparan debido a la dependencia del suministro energético ruso. Los precios del gas natural en el continente son seis veces más altos que hace un año, y la electricidad es casi cinco veces más cara, indica el medio.

Al mismo tiempo, se ven afectados no solo los precios de los productos básicos. Según el artículo, debido al crecimiento de los costes de energía y alimentos, los hogares de los países desarrollados tendrían que reducir también los gastos recreativos, como diversión por la noche, vacaciones, compras de dispositivos y otros. 

¿Qué pasará después?

Kenneth Medlock, director del Centro de Estudios Energéticos del Instituto Baker de Políticas Públicas de la Universidad de Rice (EE.UU.), aseveró que el aumento de los precios "es una señal de lo que podría convertirse en una recesión". 

Por su parte, James Smith, economista de mercados desarrollados de ING, con sede en Londres, expresó que "hay pocas dudas de que la inflación va a seguir siendo más alta durante más tiempo". "Un nuevo repunte de los precios del gas haría que la destrucción de la demanda se generalizara", agregó.