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  Que no te cojan de...
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Primera Hora

Fueron varias compras realizadas por la Internet la carnada para que expertos timadores en robo de identidad tomaran la información personal de Wilfredo Ramírez, quien supo de la pesadilla cuando le informaron que había una demanda en su contra en Estados Unidos por una deuda de $4,000 de pensión alimentaria, aun cuando no tiene hijos.

“Me quedé en shock. Imagínate... Entonces, solicité un informe de crédito y ahí supe que también se había utilizado una tarjeta Visa para hacer unas compras en Wisconsin”, dijo quien por recomendación de abogados se tuvo que acoger a la Ley de Quiebras.

“Tuve que hacerlo para no verme afectado con otras demandas de acreedores”, expresó a quien le tomó casi dos años que desestimaran la demanda en su contra.

¿Lecciones aprendidas? “Sí, y muchas, pues todavía sufro las secuelas de esa situación... fue algo que me afectó dramáticamente y he tenido que hacer un sinnúmero de ajustes. Y créeme, ya no compro por Internet ni doy información sensible por teléfono. También reviso mi historial de crédito una vez al año”, expresó.

 

“Nos fuimos a quiebra y nos fastidió la vida”

Christian Action Financial Services. Utilizando el nombre de Cristo operaba la empresa criminal de fraude piramidal en la que un matrimonio de empresarios –reconocidos en el área oeste– perdió una inversión de $200,000.

Se trata de la ganga que operaban los religiosos Gustavo Rivera y Fernando Soto, convictos a nivel estatal  y federal, por engatusar a unas 1,300 personas haciéndose pasar como consultores financieros y con el cuento de que les  duplicarían en tres meses la inversión que realizaran.

“Invertimos una primera vez con $5,000 y nos pagaron los $10,000 que prometieron. Pero entonces, mi esposo se envolvió y entre las líneas de crédito del negocio y los ahorros invertimos $200,000 que jamás pudimos recuperar... nos fuimos a la quiebra y se nos fastidió la vida”, dijo la señora Abreu, quien quiso ser identificada sólo por el apellido de su esposo.

 Aun cuando los timadores fueron acusados, el matrimonio no pudo, y difícilmente podrán, recuperar el dinero invertido.

“Perdimos mucho, pero créeme que aprendimos la lección y no nos vuelven a coger”, dijo.