16 de febrero de 2012

Infobae.com

Lexus, una marca de lujo creada por Toyota, fue la de mejor desempeño según la encuesta publicada el miércoles por la empresa consultora J.D. Power and Associates, pero la mayoría de las otras marcas también mostraron mejoría.

 

J.D. Power encuestó a 31.000 propietarios de vehículos modelo 2009 y evaluaron a las marcas por número de problemas que han padecido los propietarios en los últimos 12 meses. Los mismos pueden ir desde motores detenidos a asuntos de transmisión, pintura desprendida y fallas electrónicas imprevistas.

 

La queja más frecuente en la encuesta de este año fue ruido excesivo del aire, seguido de ruido al frenar.

 

Los propietarios de un Lexus reportaron 86 problemas por cada 100 vehículos. Porsche, Cadillac, Toyota y Scion completaron las cinco mejores marcas. Enfrente, los peores en cuanto a desempeño fueron Chrysler, Dodge, Jeep, Ram y Jaguar. Los propietarios de autos Chrysler reportaron 192 problemas por cada 100 vehículos.

 

Toyota tuvo ocho ganadores por segmentos, la cifra más grande de cualquier fabricante. En el sector de autos subcompactos, el Toyota Yaris fue el más confiable. En compactos, el Toyota Prius fue el mejor y en camionetas pickup, la Toyota Tundra ganó.

 

Toyota inició a finales de 2009 una serie de llamados a compostura por seguridad y algunos vehículos de modelo 2009 fueron incluidos en ese llamado al taller de reparaciones, pero eso no se reflejó en los resultados de la compañía.

 

Ford tuvo tres ganadores por segmentos: el Ford Fusion en sedanes medianos y la Ford Explorer en camionetas todo terreno. En tanto, General Motors y Nissan tuvieron dos ganadores cada uno.

 

En promedio, la industria registró 132 problemas por 100 vehículos, una mejoría de 13% con respecto al año anterior y la tasa más baja desde que inició esta encuesta en 1990.

 

Los resultados son particularmente sorpresivos, ya que la industria sufrió turbulencias en 2009. Tanto General Motors como Chrysler pasaron ese año por una bancarrota y la venta de autos en los Estados Unidos cayó a su nivel más bajo en 30 años debido a la recesión.