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  Por el libro
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La Opinion

El magnate tecnológico Bill Gates fue defraudado por $100 millones de dólares por medio de la firma de capital privado paquistaní The Abraaj Group, de acuerdo con el libro, “El hombre clave: la verdadera historia de cómo la élite global fue engañada by a Capitalist Fairy Tale “(Harper Business), escrito Simon Clark y Will Louch.

Arif Naqvi, director de la compañía, en 2017 viajó a Nueva York con el objetivo de recaudar miles de millones de dólares para un nuevo fondo, el cual buscaba hacer dinero para los inversionistas, mientras hacía el bien al mundo, según lo explica la cadena FOX en un informe.

En la investigación se expone que Naqvi se reunió con algunas de las personas más ricas y poderosas del mundo, como Bill Gates, Bill Clinton y el entonces director ejecutivo de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein. Según Simon Clark y Will Louch, mientras el ejecutivo buscaba impresionar a los magnates más importantes del orbe, uno de sus empleados estaba a punto de arruinarlo todo.

Los autores detallaron que Naqvi, supuestamente, había tomado $780 millones de dólares de sus fondos, de los cuales $385 millones siguen sin contabilizarse. Ahora enfrenta un potencial de 291 años en la cárcel.

Esto se dio porque “mientras Arif estaba en Nueva York, el empleado rompió filas y envió un correo electrónico anónimo a los inversores … [advertencia] sobre años de irregularidades en Abraaj”. Fue una bomba que condujo al “mayor colapso de una empresa de capital privado en la historia“.

Los autores detallan que Arif Naqvi gozaba de una buena reputación en el mundo empresarial  y de las inversiones, su buena fama en esta industria lo llevó a conocer a empresarios de altos vuelos, entre ellos Bill Gates.

Naqvi fue un habitual asistente a los foros económicos realizados en Davos, Suiza y conferencias similares, donde se hizo amigo de magnates como Gates, quien fue invitado de honor en una cena en la casa de Naqvi en 2012.

“Bill y Arif tenían mucho que discutir”, escriben los autores. “Estuvieron de acuerdo en que sus fundaciones caritativas trabajarían juntas en un programa de planificación familiar en Pakistán. Arif parecía ser, precisamente, a quien buscaba Bill. Era rico y se preocupaba por los pobres”.

Naqvi recibió una inversión de $100 millones de dólares de la Fundación Gates para, supuestamente, invertir en hospitales y clínicas en mercados emergentes. Esta inversión, en el nuevo Fondo de Salud Abraaj Growth Markets, ayudó a Naqvi a atraer $900 millones de dólares más de otros inversores.

Simon Clark y Will Louch expusieron que tras la unión Gates no dudó en decir, “esta es una asociación de conversión significativa”. El magnate añadió que “también es un ejemplo del tipo de asociaciones inteligentes que son muy prometedoras para el futuro”.

Pero según los autores, Naqvi ya había comenzado a hacer un mal uso del dinero con un “departamento de tesorería secreto” que ni siquiera la mayoría de sus empleados conocían. “Abraaj estaba realmente formada por una red enredada de más de 300 empresas basadas principalmente en paraísos fiscales de todo el mundo”.

De cuerdo con la investigación, en 2015 un administrador de fondos de la Fundación Gates, Andrew Farnum, comenzó a sospechar de los malos manejos. A pesar de que The Abraaj Group no mostró ningún movimiento en las inversiones anteriores, la organización todavía estaba solicitando cientos de millones de dólares en inversiones adicionales de Gates.

En septiembre de 2017, Farnum escribió un correo electrónico solicitando la ubicación de los fondos actuales de Gates y cómo se invirtieron, así como un cronograma de las próximas inversiones.

Una semana después, el empleado anónimo de Abraaj envió el correo electrónico incriminatorio a los inversionistas del fondo, revelando los negocios turbios de la organización.  “Haga su debida diligencia correctamente y haga las preguntas correctas. Se sorprenderá de lo que descubrirá”, decía el correo electrónico.