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31 de agosto de 2011

El Nuevo Dia

Empresarios locales se exponen a un nuevo tipo de fraude, en el que timadores se hacen pasar por personal federal.

Ignacio R. Veloz, presidente del Centro Unido de Detallistas (CUD), infórmó que comerciantes reciben múltiples llamadas en las que timadores les indican que recibirán un paquete por correo con rótulos que supuestamente tienen que exhibir en sus negocios. Pero el paquete fraudulento cuesta $399.

"Los individuos que llaman, cuyo idioma es el inglés, le solicitan información personal a los empresarios y le dicen que la cantidad que paguen le será rembolsada en las planillas, lo que es totalmente falso", afirmó Veloz.

El fraude consiste en que los que llaman se identifican como personal de la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA).

Es cierto que el reglamento creado en virtud de la Ley de Seguridad y Salud en el Trabajo de Puerto Rico, que a su vez se basa en una legislación federal, establece que todo patrono viene obligado a exhibir el letrero que contiene las disposiciones del estatuto en su local. Pero la agencia provee el rótulo gratuitamente.

"Es importante que los empresarios sepan distinguir entre los timadores y los representantes de la entidad gubernamental", afirmó Veloz. Todo inspector de OSHA visita personalmente el negocio y posee una credencial que presenta a su entrada, que es en forma de pasaporte y está identificada con una placa del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos, indicó.

Otro mecanismo para saber que se está ante un fraude es evaluar el tamaño del letrero. Según personal de OSHA, el fraudulento es más pequeño que el original – y gratis – de 24 pulgadas de alto por 18 de ancho.

"Como si fuera poco, esta compañía de dudosa credibilidad le envía al comerciante un supuesto certificado de cumplimiento sin realizarle la inspección que corresponde", detalló Veloz. Por tanto, el Presidente del CUD recomendó no aceptar ningún paquete de procedencia desconocida y menos si no fue solicitado, ya que también hay un costo por devolverlo una vez el empresario lo acepta, además de que resulta imposible comunicarse al teléfono que se provee.

"Ya sabemos de casos en que comerciantes proveyeron su tarjeta de crédito y le realizan cargos periódicos sin ninguna autorización", expuso Veloz, quien indicó que hasta el momento los timadores se concentran en llamar a laboratorios y colmados.