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  Por el libro
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21 de julio de 2011

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En docenas de restaurantes de tres estados norteamericanos, un equipo observó que las calorías que informaban en promedio tendían a ser adecuadas, no así al analizar cada alimento por separado.

"Existe una gran variabilidad de las cifras", dijo Lorien Urban, experta en nutrición de la Tufts University en Boston, y coautora del estudio. "Básicamente, lo que eso nos dice es que los consumidores ignoran qué están comiendo."

Dicho esto, apenas el 7 por ciento de las papas fritas, las hamburguesas y otros alimentos que el equipo analizó se ubicaban dentro del rango +-10 de las calorías informadas.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por su sigla en inglés), más de un tercio de los adultos de los Estados Unidos son obesos. Y uno de cada seis niños y adolescentes entra en la misma categoría, lo que en el tiempo eleva su riesgo cardiovascular, entre otros problemas.

Mientras que las autoridades de salud están tratando de resolver el problema desde varios ángulos, una de las estrategias más obvias es que los norteamericanos reviertan la tendencia a comer de más que prevaleció en el país durante décadas, en especial en los restaurantes.

"Actualmente, los norteamericanos consumen un tercio de las calorías diarias fuera del hogar. Pensamos que el etiquetado de todos los alimentos dará buen resultado porque la población está ingiriendo muchas más calorías que las que cree consumir", precisó Urban.

El nuevo estudio, publicado en Journal of the American Medical Association, es la primera gran investigación que puso a prueba cuán confiables son los menús. Para eso, el equipo de Urban concurrió a 42 restaurantes de servicio rápido y con asientos de Massachusetts, Arkansas e Indiana, y pidió para llevar 269 productos distintos.

Las pruebas de laboratorio revelaron que un 40% de los alimentos contenía por lo menos 10 calorías más que las detalladas, mientras que el 52% tenía por lo menos 10 calorías menos.

Y casi uno de cada cinco productos aportaba 100 o más calorías adicionales, principalmente en los alimentos reducidos en calorías. Eso, para Urban, es un problema: ingerir 100 calorías diarias más que las necesarias se traduce en entre 5 y 15 kilos más en un año.

La autora señaló que los restaurantes con asientos fueron los principales responsables del aporte de calorías extras porque los tamaños de las porciones variaban bastante.

"Tuvimos varios casos en los que recibimos mucho más que lo que pensábamos", dijo la autora. Joy Dubost, de la Asociación Nacional de Restaurantes, señaló la satisfacción de ver que las calorías que informan los restaurantes son precisas en promedio. "En los restaurantes, la preparación de la comida es artesanal, de ahí que pueda variar. Pero el estudio demuestra que la variación en la información de las calorías es pequeña en la mayoría de los casos", respondió a Reuters Health a través de un comunicado.

"Con la nueva ley de etiquetado de los menús, muchas cadenas de restaurantes están tratando de implementar estándares más estrictos de control de calidad en la cocina, desde el peso de las comidas hasta el tamaño de los paquetes para llevar", indicó.

De todos modos, aunque los menús fueran 100 por ciento precisos, no existe prueba de que la información sobre las calorías tenga el resultado esperado. Y los expertos siguen teniendo opiniones divididas sobre esa cuestión.