12 de julio de 2011
Abc.es
Obama alerta de consecuencias «impredecibles» si EE.UU. declara un impago de deuda Los republicanos muerden a Obama por la economía «Es el déficit, estúpido» «Estados Unidos nunca ha dejado ni dejará de pagar sus deudas». Barack Obama se vio ayer obligado a lanzar este mensaje de tranquilidad al mercado, ante la falta de acuerdo político sobre la elevación del techo de la deuda. Las reuniones entre demócratas y republicanos no avanzan, pero se aproxima la fecha del 2 de agosto, día en que el país entrará en bancarrota si el Congreso no autoriza un mayor endeudamiento. El consenso debería alcanzarse antes del 22 de julio para dar tiempo a la tramitación parlamentaria, y evitar «otra recesión», advirtió Obama. El presidente de EE.UU. intentó ayer retomar las conversaciones sobre los puntos que han interrumpido la negociación. Los republicanos habían asumido un ambicioso plan que elevaba los recortes del gasto a 4 billones de dólares en diez años, a cambio de aceptar que el Gobierno tuviera un billón de dólares de nuevos ingresos, básicamente por impuestos. Pero el presidente de la Cámara de Representantes y jefe negociador republicano, John Boehner, teme que el aumento de impuestos sea rechazado por su partido, en un tiempo electoral en el que el proceso de primarias republicanas ya está en marcha. Un descontento interno podría desbancarle del liderazgo. Ayer, antes de reunirse con los negociadores, Obama pidió a ambos partidos que cedan en sus exigencias, y les comunicó que no está dispuesto a aceptar un acuerdo provisional que sólo sirva para prorrogar la situación de crisis. «Yo estoy preparado para aguantar muchas críticas de mi partido y espero que los republicanos también estén dispuestos, si es que realmente quieren lo que dicen que quieren», aseguró el presidente, quien dijo que, al igual que hoy (por ayer), se reunirá «cada día mientras sea necesario» con dirigentes del Congreso hasta que se encuentre una solución.
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