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  Por el libro
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8 de julio de 2011

El Nuevo Dia

Carmen Rivera, de 72 años, cocina con poca sal, ya no ingiere tantas frituras ni carnes rojas, y en su lista de compras no faltan las frutas y las ensaladas. Mientras, su nieta Daileen, de 26 años, come menos en los ‘fast foods’, revisa los ‘shoppers’ antes de ir al supermercado y hace una lista de compras, aunque, distinto a su abuela, está dispuesta a probar productos y marcas nuevas.

Carmen y Daileen son ejemplos del típico consumidor boricua, que según la generación a la que pertenezcan, tienen hábitos y preferencias diferentes, pero comparten también muchas cosas en común. Esto según los hallazgos del más reciente estudio de Radiografía del Consumidor, que se dio a conocer ayer durante el inicio de la convención anual de la Cámara de Mercadeo, Industria y Distribución de Alimentos (Mida).

El costo de vida es lo que más le preocupa hoy día al consumidor, seguido de la seguridad, según la mayoría de los 6,750 consumidores encuestados. El 83% dijo que ha tenido que hacer ajustes en la compra debido a la crisis económica.

Hasta el corned beef, que antes era el ‘resuelve’ en muchos hogares, ahora por su precio y escasez, ha sido eliminado del menú. "Se ha convertido en la langosta enlatada del momento", expresó Richard Valdés, presidente del comité de Radiografía del Consumidor.

Gastan más que en el 2010

La compra mensual promedio marcó este año $561, un alza de 8% en comparación con el 2010, y de un 24% si se compara con hace cinco años atrás.

Entre los artículos que más han subido de precios, según el estudio, figuran la leche, el arroz, el aceite y la carne roja. Por eso, este último artículo muchos lo han sustituido por el pollo.

En el caso de los consumidores de la edad dorada -los que tienen 66 años o más- el gasto mensual de compras es, en promedio, $433; mientras los de la generación X -que tienen entre 31 y 46 años- gastan $694 mensuales.

En parte, esto ocurre porque los mayorcitos, debido a su edad, han reducido las porciones que ingieren, y a que en los hogares de los de la generación X hay más integrantes en el núcleo familiar.

La Tarjeta de la Familia es usada por más de una tercera parte de la población, y en el caso de las generaciones más jóvenes, el porcentaje de tarjetahabientes está entre 45% y 47%.

Clase alta con tarjetita

Un dato sorprendente del estudio, es que un 6% de los consumidores de la clase social alta hacen la compra con la Tarjeta de Familia. Valdés, el presidente del comité de Radiografía del Consumidor, dijo que desconoce el porqué eso ocurre.

A la hora de comprar, el 47% de los entrevistados revisa los ‘shoppers’, sobre todo los de las generaciones X, la Y (18 a 30 años) y los ‘baby boomers’ (47 a 65 años). Y un porcentaje aún mayor, el 56% decide a qué supermercado irá basado en los que vean en el ‘shopper’, ya que se fijan principalmente en los productos en especial y en los precios de los artículos para hacer esa decisión. Los artículos del ‘shopper’ que los motivan a seleccionar una tienda son: el pollo, el arroz y las carnes rojas, sobre todo a los de la generación X.

Asimismo, el 46% hace una lista antes de ir al supermercado, en particular los de la edad dorada.

Precio y localización

Este año los precios son el factor decisional más importante a la hora de elegir una tienda, mientras el año pasado era la localización. No obstante, para los más viejitos la localización tiene más importancia.

Dado el costo de la vida, la mayoría de los entrevistados dijo que suelen comprar artículos en especial, sobre todo los más jóvenes.

Además, uno de cada cinco consumidores compra un producto nuevo cuando ve uno. De hecho, las generaciones buscan también la innovación, como los productos orgánicos, los ‘gluten free’, y los bajos en sodio.

"Ahí hay oportunidades para los elaboradores y los detallistas", dijo Carol Rodríguez, integrante del comité de Radiografía del Consumidor. Señaló que muchos consumidores están más atentos que antes a las tablas nutricionales de los productos y exhortó a los detallistas a incorporar lupas en los carritos de compra, si es que quieren atraer y retener a los clientes de mayor edad, según lo han hecho supermercadistas en América Latina.

Rodríguez dijo que otra oportunidad para los detallistas está en el departamento de frutas y vegetales.

Según los entrevistados, muchos quieren ingerir más de estos alimentos, pero a veces se cohíben de hacerlo, debido a su alto precio y solo los compran cuando están en especial. La ejecutiva indicó que una manera de ganar clientela es poniendo más de estos productos en el ‘shopper’ a precios especiales, lo que generará más tráfico a las tiendas.

Con un 47% del ingreso familiar destinado a la compra de alimentos, es mucho lo que los miembros de la industria de alimentos puede hacer para que la población de Puerto Rico esté mejor alimentada, comparta más en familia y su dinero le rinda más, manifestó Rodríguez.