4 de julio de 2011
El Nuevo Dia
La clase media que se creó en Puerto Rico a lo largo de cua-renta años parece destinada a desaparecer, a juzgar por los primeros hallazgos de un estudio acerca de las finanzas de los hogares puertorriqueños del Centro para la Nueva Economía (CNE). La Encuesta de las Finanzas de los Hogares de Puerto Rico, el primer ejercicio de esta índole en la Isla, revela empíricamente que las familias de clase media en la Isla parecen haberse estancado financieramente en lo que respecta a los recursos que poseen para cubrir necesidades como vivienda, alimentación, salud, educación y jubilación. Asimismo, el análisis revela que cuando se excluye el dinero dirigido al pago de deudas como la casa o las tarjetas de crédito, tanto las familias pertenecientes a la clase más baja y la clase más acaudalada, prácticamente cuentan con igual patrimonio en términos netos: entre $26,258 y $28,876. En otras palabras, mientras casi la mitad de la población de la Isla se encuentra bajo los niveles de pobreza, según estándares federales, las cerca de 130,000 a 160,000 familias que integran la llamada clase media de Puerto Rico parecen, cada vez más, inclinadas hacia la pobreza. "Nos encontramos en una situación de vida precaria", dijo Sergio Marxuach, director de Política Pública para el CNE. Techo y nada más Según Harold Toro, a cargo de Investigación en el CNE, en Puerto Rico, en las pasadas cuatro décadas, la aspiración principal de los puertorriqueños ha sido tener un hogar. Para alcanzar esa meta, el Gobierno aprobó incentivos como deducir los intereses hipotecarios del pago de impuestos. En el 2007, el 74% de los participantes del estudio reportaron ser dueños de la propiedad. En parte, explicó el sociólogo, la tenencia de hogar propio fue posible gracias a una mejora en los ingresos de los puertorriqueños por la industrialización. En 1970, aproximadamente el 65% de las familias tenían ingresos de hasta $19,999. En el 2009, la proporción de familias con esa escala de ingreso estuvo por encima del 50%. Pero las familias con ingresos de $30,000 a $80,000 -que representaban el 12% en 1970- sumaron el 20% para el 2009. Pese a tal progreso, el problema evidenciado en el estudio, según Toro, es que a pesar de la existencia de políticas públicas -las cuentas de retiro individual, por ejemplo- para fomentar el ahorro, los puertorriqueños no toman ninguna otra decisión financiera trascendental en sus vidas. "La gente compra la casa y esencialmente, no toma otras medidas para cubrir sus necesidades a futuro", dijo Toro. En cero para la jubilación De acuerdo con el análisis, apenas una de cada cinco familias encuestadas se ha preparado para tener recursos en la jubilación, excluyendo las aportaciones del Seguro Social. "La gran mayoría de los hogares esperan depender del Seguro Social", dijo Toro. El cuadro se complica cuando se analiza otros recursos financieros. Apenas 8% de los encuestados dijeron utilizar -como estrategia de creación de activos- una cuenta de inversiones como serían bonos o acciones. O sea, ni siquiera una en cada diez familias emplean este mecanismo. Toro hizo hincapié en que el 62% de los entrevistados dijo contar con algún recurso líquido, pero en esencia, se trata de una cuenta de cheques o de depósito, para manejar el ingreso que se recibe como sería el salario. "Creo que había una expectativa de que en algún momento se podía monetizar la compra de ese hogar", manifestó Toro al intentar explicar por qué razón las familias no han utilizado otros mecanismos de ahorro. "Esto reafirma que se vive de cheque a cheque. Si no, se recurre a la deuda", agregó Marxuach. Los datos del estudio salen a la luz en momentos en que los valores de las propiedades han caído un promedio de 30% y en que se buscan alternativas para evitar el colapso del Seguro Social en Estados Unidos y el principal sistema de pensiones en Puerto Rico. "Esto no es una situación única de Puerto Rico. Esto se está discutiendo extensamente en Estados Unidos y otros países", manifestó Marxuach al agregar que esta realidad requiere analizar con detenimiento las políticas vinculadas a la pobreza y el fomento del trabajo. ‘Pelaos’, de verdad El perfil financiero suele complicarse, según los entrevistados, si se examinan los recursos con los que cuenta la clase media, específicamente. Como parte del estudio, que realizó las entrevistas desde el 2007 al 2008, el CNE prestó atención a las 132,000 familias que tendrían ingresos netos (después de pagar contribuciones) de entre $25,000 y $55,000 al año y que también son dueños de una propiedad. Esa familia "típica", partiendo de cálculos estimados a la luz de las entrevistas, tendría al 2009, una propiedad valorada aproximadamente en unos $122,581 y sus ahorros de pensiones rondarían unos $2,193. La cuenta de inversiones, de tenerla, tendría otros $1,114. A lo sumo, la cuenta de cheques o depósito tendría unos $1,623 por mes. Esa familia tendría en el bolsillo apenas $71 para igual período. Otro dato ilustrativo del estudio, según el sociólogo, estriba en el hecho de que devengar más ingresos no es sinónimo de más recursos disponibles. En el análisis, se segmentaron las familias por ingreso neto mensual y se analizaron los activos y deudas de los hogares. Una familia promedio con ingresos mensuales netos de $118, activos de $42,429, tendría en neto unos $26,258 al restarle deudas por $16,171. Mientras, los recursos netos de una familia con ingreso total neto de $3,416 al mes, activos ascendentes a $102,908 y deudas de $74,032, dispondría de unos $28,876. "Lo que eso refleja es que podrás ganarte $1 millón, pero si tienes deudas por $990,000 tienes básicamente lo mismo que una familia en los ingresos más bajos", concluyó Marxuach.
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