13 de junio de 2011
El Nuevo Herald
WASHINGTON -- La Reserva Federal de Estados Unidos anunció el viernes ampliará su vigilancia de los requisitos de capital a los 35 bancos más grandes del país en un esfuerzo "para mejorar la solidez del sistema financiero". Un comunicado del banco central señaló que los bancos que tengan al menos $50,000 millones en activos deberán efectuar exámenes anuales "para asegurar que tienen procesos robustos y previsores en la planificación de capital (..) que permitan la continuidad de operaciones en períodos de estrés económico y financiero". El plan amplía el alcance de tales revisiones de cuentas que ya se llevaron a cabo en 19 de los bancos más grandes, incluidos Wells Fargo y JPMorgan Chase. El comunicado de la Reserva Federal señala que la propuesta de hoy "institucionaliza" esas inspecciones. El banco central explicó que completará los detalles de la propuesta antes de fin de año y que comenzará las inspecciones anuales a principios de 2012. Bajo este plan las juntas directivas de los bancos tendrán que aprobar y presentar a la Reserva sus planes de capital. El banco tendrá que obtener la aprobación del plan por parte del banco central antes de efectuar cualquier distribución de capitales. Por otra parte, la Fed también indicó que terminaría el 30 de junio su fase actual de flexibilización monetaria cuantitativa, realizando una última operación de compras de bonos del Tesoro en el marco de su programa especial lanzado en el otoño. La Fed cuenta con rescatar ese día entre $4,000 y $5,000 millones en obligaciones del estado y cerrar así su programa de rescates suplementarios de títulos del Tesoro, por un total de $600,000 millones, según indica un calendario de operaciones sobre el mercado publicado por su filial de Nueva York. El propósito de este programa, que había sido anunciado a principios de noviembre y debía finalizar a finales del junio, es procurar que los tipos de interés a mediano y largo plazo sean lo más bajos posibles. En la jerga de los bancos centrales, proviene de una política sobre flexibilización cuantitativa destinada a aportar un apoyo adicional a la economía cuando la tasa básica se mantiene en cero o casi cero y cuando no puede ser bajado más para estimular el crédito. La Fed mantiene su tasa básica casi nula desde diciembre del 2008, lo que tiene por resultado mantener a ese nivel los tipos de interés a corto plazo que le son correlacionados.
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