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  Por el libro
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1 de junio de 2011

Primera Hora

Washington. La escasez creciente de medicamentos para una serie de enfermedades —desde el cáncer hasta el paro cardíaco, pasando por la fibrosis cística— ha hecho que los hospitales estadounidenses procuren afanosamente encontrar sustitutos y a veces ha obligado a demorar los tratamientos.

"Es sólo cuestión de tiempo antes de que tengamos que pedir un fármaco necesario para salvar la vida de un paciente y nos encontremos con que no hay ninguno", advirtió el doctor Eric Lavonas, del Colegio Estadounidense de Médicos de Emergencia.

El problema de la escasez de suministros —o a veces su agotamiento— no es nuevo, pero se está agravando. El número de remedios en la lista de los escasos se ha triplicado en el último lustro a un récord de 211 el año pasado.

Aunque algunos de esos casos se han resuelto, se ha producido escasez de otros 89 remedios en el primer trimestre de 2011, según el Servicio de Información Farmacéutico de la Universidad de Utah, que rastrea los casos de escasez para la Sociedad Estadounidense de Farmacéuticos en el Sistema de Salud.

En su gran mayoría son remedios inyectables usados generalmente en centros médicos: en salas de emergencia, unidades de terapia intensiva, salas para pacientes de cáncer.

La escasez de algún producto puede durar de semanas a meses y no siempre hay buenas alternativas. Tampoco es un problema exclusivo de Estados Unidos ya que otros países reportan algunos casos de escasez semejante.

Para las familias es temible. En el Hospital de Niños de Miami, los médicos tuvieron que aplazar por un mes la última tanda de quimioterapia para Caroline Pallidine, de 14 años, debido a una escasez nacional de cytarabine, un fármaco que se considera clave para curar un tipo de leucemia.

"Siempre existe el temor de que si pasa tanto tiempo sin la quimioterapia pueda reaparecer el cáncer", dijo su madre, Marta Pallidine. "En esta época realmente no deberíamos enfrentar este tipo de problemas y poner en riesgo la vida de nuestros hijos", agregó.

Hay numerosas causas, como el retiro de ampollas contaminadas, dificultades para importar materias primas, aumento de la demanda, cierres temporales de fábricas para mejoras de calidad.

Algunos expertos advierten que los remedios de marca, más costosos, difícilmente escasean.

La Administración de Alimentos y Medicinas de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) coincide en que el problema principal es que cada vez hay menos laboratorios dispuestos a producir estos remedios genéricos más antiguos y más baratos, especialmente los inyectables, más difíciles de elaborar.

Por eso, si una compañía está en dificultades, o si decide dejar de producir un remedio, hay pocas otras empresas listas para aumentar su propia producción y llenar el vacío, dijo Valerie Jensen, funcionaria de la FDA.