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  Por el libro
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30 de mayo de 2011

El Nuevo Herald

WASHINGTON -- El consumo sigue pagando tributo a la inflación en Estados Unidos, donde el alza de los precios impide que se incremente el poder de compra de los hogares.

Según datos publicados el viernes por el Departamento de Comercio, el gasto de consumo de los hogares se incrementó 0.4% en abril respecto de marzo.

Si se tiene en cuenta que la inflación fue de 0.3% en abril, el aumento en términos reales del consumo sólo fue de 0.1%, al igual que en marzo.

"Los consumidores intentan gastar, pero el encarecimiento de los bienes y servicios limita su capacidad de hacerlo", subraya Joel Naroff, de Naroff Economic Advisors.

Para sus homólogos de RDQ Economics, "la inflación está imponiendo su tributo a los consumidores", y "el sólido aumento de los gastos en términos nominales (…) se traduce en un aumento más bien escaso en términos reales".

El consumo es el motor tradicional del crecimiento económico de Estados Unidos, pero es el aumento del PIB real el que llama la atención y permite medir el dinamismo de la actividad del país.

Las cifras del Departamento de Comercio parecen indicar que la sensible desaceleración del consumo de los hogares observada en el primer trimestre continúa en el segundo, y que el bajo crecimiento del PIB (1.8% anual entre enero y marzo) también puede prolongarse.

Provocada esencialmente por el aumento de los precios del petróleo y de otras materias primas, la fuerte inflación conspira contra un aumento del poder de compra.

Según el Departamento de Comercio, los ingresos de los hogares se incrementaron 0.4% en abril, es decir lo mismo que en marzo. Sin embargo, debido a deducciones más importantes que en marzo, el ingreso sólo aumentó 0.3% e incluso se estancó en términos reales por segundo mes consecutivo, debido a la inflación.

Según otros datos publicados a mediados de mayo por el Departamento de Trabajo, el salario real medio de los estadounidenses cayó 1.7% entre octubre y abril.

El aumento de los precios tiene lugar cuando los esfuerzos presupuestarios del Estado para impulsar la recuperación se disipan, lo que se traduce entre otras cosas en un aumento de los impuestos, a pesar de que no han desaparecido todas las exoneraciones.

Difundido el viernes por el Departamento de Comercio, el índice de precios asociados a los gastos de consumo (PCE por su sigla en inglés), que sirve de referencia al banco central, da cuenta de una significativa aceleración de la inflación, que pasó de 1.8% en marzo a 2.2% en abril.

El incremento de los precios supera ahora el umbral máximo que la Fed considera aceptable (2.0%).

El banco central no está preocupado, ya que estima que el incremento del PCE es temporario, como ilustra, según él, el hecho de que la inflación básica (sin contar energía y alimentos) sigue controlada.

Al respecto, el hecho de que la inflación medida por el índice PCE se haya enlentecido en términos mensuales por primera vez desde diciembre, podría estar indicando el comienzo de una moderación del alza de los precios.