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Por el libro |
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29 de abril de 2011
El Nuevo Dia
Sí, leyó bien. Hay un deudor más y no se trata de otro individuo que se autoproclamó como divinidad en la Tierra sino de las organizaciones religiosas -en su mayoría iglesias- que gozan de privilegios que los mantienen exentos de tributar al Estado. Bajo el nombre de "Dios le debe a Hacienda", el productor de cine publicitario, Amado Martínez creó un movimiento que busca una sola cosa: equidad. "Creemos que las iglesias deberían ser como toda corporación o institución social. Y antes de seguir robando influencias y privilegios, deben pagar impuestos", explicó Martínez, quien junto a un grupo realizó el pasado 15 de abril una manifestación en el Departamento de Hacienda justo el día en que miles de puertoriqueños debían rendir cuentas por sus ingresos al Estado. Martínez cuestiona que las iglesias -de cualquier denominación- gocen de unos privilegios que no tienen ningún individuo o corporación. Dijo que esos privilegios -incluyen, pero no se limitan a la adquisición de terrenos por $1, exenciones contributivas y subsidios. Además, Martínez sostiene que estas organizaciones religiosas son básicamente "grupos políticos" y la división de Gobierno e Iglesia parece inexistente. Dijo que esto es así por el poder que ejercen sobre los feligreses e incluso sobre los políticos. A modo de ejemplo, mencionó cómo recientemente la pastora Wanda Rolón tuvo acceso a uno de los salones de El Capitolio para hacer expresiones en contra de Ricky Martín. "A mí no me dejan ir y expresarme allí". Igualmente, recordó cómo no se utilizó la misma vara -la de la apertura- cuando decenas de universitarios intentaron acceder y expresarse en la Casa de las Leyes y fueron repelidos con macanazos y gas pimienta. "Hacer iglesias ahora mismo es un negocio y uno político (también) administrar una feligresía les da mollero político, causan presión en el gobierno. Creo que este tipo de desigualdad es la base de los problemas sociales, de la crisis económica", sentenció. Haciendo hincapié en los problemas económicos que afronta el país, recalcó que ya es tiempo de mirar a las arcas de las organizaciones religiosas. Dijo que aunque las iglesias y las organizaciones de base religiosa son entes sin fines de lucro, en realidad manejan gran cantidad de dinero que es totalmente desconocido. "La gente está buscando alternativas para resolver la crisis económica. Creo que debemos agotar todas las posibilidades". Cuestionó cuántas propiedades tiene El Vaticano a nombre de la Iglesia Católica, cuántos colegios son propiedad de iglesias de diferentes denominaciones, cuánto es el ingreso por los servicios que prestan las iglesias como casamientos, bautizos, etc. "Pienso que deben abrir sus libros. El Vaticano invierte en la Bolsa (de Valores), tienen acciones en la Fiat (auto italiano) y en una línea aérea", sentenció Martínez, un hombre que se confiesa ateo aunque recalca su fin con este movimiento no es establecer un debate sobre creencias o aspectos teológicos. Cuestionado sobre los beneficios espirituales y esperanzadores que imparten todas las iglesias, Martínez ripostó: "Yo puedo decir que tengo todas esas cosas que ellos dicen. Yo quiero justicia, igualdad, trabajo por mi país todos los días… Eso no te debe dar un privilegio". Dijo que poco a poco la idea de que se le exijan cuentas a las iglesias por lo que poseen y lo que hacen en términos económicos está calando entre el público en general. "La idea es traer esto a cuestionamiento. Con el cariño y el amor no se resuelven los problemas", dijo. Martínez ya regó la semilla, falta ver si surgirá un legislador "hereje" que se atreva a legislar para cambiar la ley vigente y si posteriormente llegará el día en que Hacienda toque la puerta del cielo para exigir el pago de cuentas.
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