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  Por el libro
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25 de abril de 2011

El Nuevo Dia

Posiblemente Dios no ha publicado más de sus enormes y sugestivos mensajes en las autopistas de Puerto Rico porque decidió que sus hijos son tan distraídos al volante que los dos o tres segundos que utilizan para leerlos pudieran ser suficiente para costarles la vida a miles de ellos.

Los billboards, los mesh o mallas en los edificios, los anuncios rodantes y otras nuevas formas de publicidad creativa se han convertido en un feroz competidor por la atención del chofer puertorriqueño, que ya batallaba, entre otras cosas, con el exceso de velocidad, el iPod, el uso del teléfono celular, el texteo y el atender a sus niños mientras manejan un vehículo de motor.

Según un estudio realizado en 2009 por la Comisión para la Seguridad en el Tránsito con conductores boricuas, un 44% de los entrevistados dijo que leer billboards estaba entre las actividades potencialmente distractivas que podrían hacer mientras estaban al volante, incluyendo además cambiar el radio (70%), reducir la velocidad para ver un accidente (61%), recibir (59%) y contestar (54%) llamadas, comer o beber (53%) y hablar con un pasajero (50%).

Reto para el ojo

"A veces uno se pregunta cómo no hay más accidentes", se cuestionó Ian Piovanetti, presidente de la Sociedad Puertorriqueña de Oftalmólogos.

Este explicó que el ojo humano está diseñado para enfocar en detalle un solo objeto a la vez. Y cuando usted guía, la visión periferal, aunque las imágenes estén fuera de foco, puede captar algo que suceda en su campo de visión y desviar su atención.

Haga la prueba. Intente pasar por la PR 52 a la altura de Plaza Las Américas o por la avenida Baldorioty de Castro sin leer un anuncio. O trate de no fijarse en el enorme "Cheerio" colgante de la PR 22. Hasta el Centro Gubernamental de Minillas, sede de diversas agencias de gobierno, presenta enormes anuncios del tipo mesh.

Pantallas LED

Pero hay un fenómeno nuevo: los billboards de pantalla luminosa LED.

"Tenemos una preocupación con las pantallas tipo televisión, porque hemos tenido quejas", dijo Carlos Contreras Aponte, director ejecutivo auxiliar para tránsito y autopistas del Departamento de Transportación y Obras Públicas. "No solo es la distracción, sino que en la noche la luz es intensa. Estamos evaluando si eso está en cumplimiento con normas federales y estamos solicitando una opinión legal".

Según Piovanetti, la intensidad de estos letreros se debe controlar porque, en zonas de poca iluminación, el impacto lumínico del anuncio crea en el conductor un efecto de túnel, en el que el golpe no permite que el chofer vea más allá de la fuente de luz, sin mencionar a los conductores de edad avanzada o los que tienen problemas de la vista -cuya pupila podría tardar en ajustar el enfoque.

Por su parte, el director ejecutivo de la Oficina de Gerencia de Permisos (OGPE), Edwin Irizarry Lugo, y el director ejecutivo auxiliar, Héctor Rodríguez, indicaron que su agencia -creada hace unos meses- espera por el trámite legislativo de dos proyectos, uno en la Cámara y otro en el Senado, que tratan la contaminación lumínica para luego enmendar sus reglamentos en cuanto a los billboards de pantalla.

Dichos proyectos transferirían de la Junta de Calidad Ambiental a la OGPE la reglamentación en cuanto a la contaminación lumínica.

No pudo especificar la cantidad de billboards en la Isla, al indicar que dicha información -que recopilaba la antigua ARPE- estaba en manos de la Oficina del Inspector General de Permisos, OIGPE.

No obstante dijo que desde diciembre pasado y hasta el 15 de abril, la OGPE había emitido 275 permisos para rótulos o anuncios.

Fue imposible establecer comunicación con la OIGPE y con la Comisión para la Seguridad en el Tránsito.