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  Por el libro
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20 de abril de 2011

El Nuevo Dia

En dos décadas, el número de instituciones que proveen educación acelerada para grados de escuela intermedia y superior en el País se ha triplicado, a pesar de que es un misterio la calidad de la educación que proveen.

De acuerdo con la presidenta del Consejo General de Educación (CGE), Carmen Berríos, mientras en los 90 había 37 instituciones con licencia para ofrecer cursos acelerados, actualmente hay 98, y cinco tuvieron que ser cerradas por violar leyes y reglamentos.

Sin embargo, no fue hasta este mes de abril y bajo la incumbencia de Berríos que -mediante la Certificación 2011-025- el CGE definió los requisitos para participar en programas de educación acelerada.

"Esto es algo que hay que atajar", opinó Berríos. "La educación en Puerto Rico se ha convertido en un ‘money maker’", sostuvo sobre la situación, una que asegura atenta contra la calidad de la enseñanza en el País. Reconoció que hay centros "excelentes", pero de igual manera "hay otros que no deberían existir".

El pasado lunes maestros de la Escuela Superior José Gautier Benítez, de Caguas, denunciaron que un gran número de estudiantes se había dado de baja este año para matricularse en centros de educación acelerada. Ayer la directora del plantel, Joyce Ramírez, aseguró que a petición de los padres ha tenido que autorizar 118 traslados de ese tipo este año escolar.

La certificación 2011-025 del CGE requiere que estos servicios estén dirigidos a mayores de 16 años que hayan estado por lo menos un semestre o su equivalente fuera de la escuela. Indica -sin hacer mención de padres o tutores- que el estudiante debe presentar evidencia oficial escrita de la institución educativa de procedencia que indique la fecha de la baja. Además, requiere al centro de estudios acelerados proveer un mínimo de 21 "horas crédito" por clase, y Berríos asegura que tienen que ser horas contacto porque no se trata de educación a distancia.

El caso de Caguas no es único. El superintendente del distrito de Utuado y presidente de la Organización de Directores y Administradores de Escuelas de Puerto Rico, Elín Cintrón, aseguró que allá la tendencia "va en alza". Responsabilizó a la Legislatura por aprobar leyes que facilitaron la proliferación de estos centros.

Berríos reconoció que "es bien difícil" monitorear la calidad de la educación acelerada. Sólo una visita es compulsoria previo a la otorgación o renovación de licencia, y no se sabe del rumbo que han tomado sus egresados.