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  Por el libro
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18 de abril de 2011

El Nuevo Herald

ISHINOMAKI, Japón -- En los días que siguieron al terremoto y tsunami, Masahiko Horio sabía que tenía que volver a poner en funcionamiento su fábrica rápidamente.

Los clientes lo pedían. Las órdenes acumuladas se multiplicaban.

Los productos de zinc y aluminio que hacía su compañía, Horio Seisakusho Co., parecen insignificantes a primera vista. Pero los pequeños componentes de metal representan una fracción vital de miles de partes que se utilizan en un solo automóvil.

La cadena de suministro global que alimenta a los grandes fabricantes de autos -Toyota, Honda y General Motors- empieza en compañías sencillas como Horio Seisakusho. El reciente desastre que azotó Japón mostró que la falta de un pequeño eslabón en la cadena puede detener líneas de producción en todo el mundo.

La necesidad imperante de restaurar la producción normal está presionando a proveedores de pequeñas partes en el noreste de Japón, que deben mantener felices a sus clientes o enfrentar la posibilidad de perder sus negocios ante competidores locales o extranjeros. Compañías en Taiwán y el sureste de Asia ya experimentan un aumento en sus ventas debido a que los clientes buscan fuentes alternas de suministro.

Los 54 empleados de Horio Seisakusho, situado en la golpeada ciudad de Ishinomaki, producen unos 600 diferentes productos electrónicos y autopartes, incluyendo componentes básicos para antenas de autos y sistemas de navegación. La fábrica no sufrió daños por el tsunami gracias a que está en una colina. Sin embargo, el terremoto y los cortes en la energía eléctrica detuvieron sus máquinas dos semanas.

Horio, presidente de la empresa, enfrentó otro grave problema mientras trabajaba frenéticamente para reanudar las operaciones. Una empresa aún más pequeña que termina y prueba media docena de sus partes fue arrasada el 11 de marzo por el tsunami. Horio no pudo enviar los productos a sus clientes sin ese paso final en el control de calidad.

Pero había trabajo urgente por hacer. Y el presidente decidió que si Ogatsu Musen no tenía un edificio, les proveería el equipo y haría espacio en su propia compañía hasta que encontraran una nueva casa.

Ahora, la compañía opera a un 80% de su capacidad, pero el futuro no es claro. A Horio le preocupan los cortes de energía eléctrica en el verano, los cuales podrían minar la producción, y eso a su vez ocasionaría que los clientes busquen proveedores en otro lado.

"Necesitamos recuperarnos lo antes posible y asegurarnos de que nuestros clientes confíen en nuestra capacidad de suministro", dijo.

El problema de las autopartes en Japón ha repercutido en otras partes del mundo, desde Malasia hasta el Reino Unido y Estados Unidos. Analistas de la industria y distribuidores han dicho que el cierre de fábricas de automóviles generará escasez de algunos modelos, especialmente autos pequeños y medianos, durante los próximos meses.