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  Por el libro
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30 de marzo de 2011

La Opinion

La Cámara de Representantes votó ayer por la eliminación del programa emblemático de la Administración Obama, creado para socorrer a los propietarios de casas en riesgo de ejecución bancaria.

Una moción presentada por los republicanos, la 839, se impuso 252 votos contra 170, a pesar de los esfuerzos de última hora del Ejecutivo en apoyo al Programa de Modificación para Vivienda Asequible (HAMP).

Aunque la causa republicana contra HAMP salió victoriosa, este programa no es precisamente una fórmula popular entre los defensores de los propietarios abrumados. Ayer mismo, el Consejo Nacional de La Raza (NCLR) apoyó la 839 alegando que HAMP se ha quedado corto en sus objetivos.

"Según nuestro punto de vista, HAMP está convirtiéndose rápidamente en un programa inerte e irrelevante, y es tiempo de buscar otra solución", afirmó Janis Bowdler, directora del Proyecto de Políticas de Bienestar de NCLR.

La organización sostiene que los fondos del gobierno estarían mejor empleados en programas como Neighborhood Stabilization Program y Hardest-Hit Funds, que se puede usar en rehabilitar propiedades que han sido abandonadas o ejecutadas, y que considera más efectivos y directos que el que fue castigado ayer en la Cámara Baja.

Hardest-Hit Funds es un programa del gobierno federal que destina fondos para estrategias contra embargos a los estados más castigados por las ejecuciones, como California, Florida y Nevada. California ha recibido alrededor de 700 millones de dólares, que son administrados por la Agencia Estatal de Financiamiento de Vivienda (CHFA), y está empleando ese dinero en programas de reducción de capital hipotecario.

Los demócratas, igualmente insatisfechos con el programa, defendieron su continuidad, pero urgieron al gobierno a introducirle modificaciones que lo hicieran más eficaz.

Esta semana, unos cincuenta de ellos, encabezados por Barney Frank, una de las voces más poderosas en el Comité de Finanzas de la Cámara Baja, exhortaron al secretario del Tesoro a reformar HAMP antes de que los republicanos lo estrangularan.

Según Steve Adamske, subsecretario de asuntos públicos del Tesoro, la secretaría que administra el programa, "terminar HAMP causaría aún más daño a las comunidades que estan bregando por salir de la crisis". Recientemente, la Asociación Nacional de Condados (NACo) se declaró contraria a la 839.

HAMP fue puesto en marcha hace casi dos años, poco tiempo después del estallido de la crisis inmobiliaria, y ha ayudadado a casi 600 mil propietarios a renegociar su deuda para poder conservar su casa. Sin embargo, esta cifra es muy inferior a los tres o cuatro millones que supuestamente iban a ser beneficiados con el plan.

NCLR afirma que más de un millón de familias latinas han perdido o están a punto de perder sus casas, y que el 48% de las casas confiscadas por los bancos en California pertenecen a propietarios hispanos.

Según Bowdler, quienes se oponen a hacer modificaciones parten de que la crisis inmobiliaria está por terminar. No podían estar más equivocados. Afirma: "Los investigadores estiman que a esta crisis todavía le quedan dos años de vida, y que al final la suma de embargos será de entre 10 y 13 millones".

Un reporte con fecha de ayer advirtió que los volúmenes de casas ejecutadas en el país siguen creciendo incontroladadamente, creando un inventario enorme destinado a mantenerse durante largo tiempo. La secuela de esta montaña de títulos confiscados por los bancos, dijo, será deprimir aún más los valores de las propiedades.

El Reporte Inmobiliario LPS muestra que a finales de febrero, los niveles de inventario de ejecuciones fueron 30 veces más altos que los volúmenes de venta de inmuebles embargados. Es decir que por cada diez casas que los bancos ponen en venta, tienen 300 en vías de ejecución.

Otro dato interesante de este reporte, en lo que concierne a los esfuerzos de renegociación hipotecaria, es que 22% de las deudas que hace 12 meses tenían más de 90 días de morosidad están ahora solventes.