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  Por el libro
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28 de marzo de 2011

El Nuevo Herald

Dos semanas después del terremoto más fuerte que se haya registrado en Japón, los inversores no han escuchado nada de los líderes de Toyota Motor Corp. y Panasonic Corp. sobre cómo están manejando la crisis.

Los comentarios públicos del presidente de Toyota, Akio Toyoda, se han limitado a manifestar sus condolencias por las víctimas y sus familias en un comentario del 14 de marzo en la página web de la compañía y otro en un blog, dos días después, con su alias ``Morizo'. Panasonic, la mayor empresa fabricante de productos electrodomésticos de Japón, no ha informado cuántas fábricas quedaron ociosas como consecuencia del terremoto y el tsunami del 11 de marzo, y su presidente, Fumio Ohtsubo, ha rechazado las solicitudes de entrevistas.

El gobierno estima que el desastre, que ha dejado un saldo de más de 10,000 muertos, puede tener un costo de $300,000 millones. Es improbable que los máximos responsables ejecutivos de Japón se dediquen a informar a los inversores con la rapidez que lo harían los ejecutivos occidentales, dijo Kuniko Odaka, que da clase de estrategia empresarial en la Universidad Kwansei Gakuin, en el oeste de Japón.

``En Japón, la convicción de que el presidente dirige la compañía para los empleados es muy fuerte, de modo que en casos como estos no es raro que el presidente diga que los inversores no importan', dijo Odaka, que trabajó para Procter Gamble Co. durante el terremoto de Kobe de 1995, que dejó un saldo de más de 6,000 muertos. En Occidente, las empresas sienten una mayor obligación en relación con los accionistas y la revelación de información'.