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24 de febrero de 2011

Europapress.es

Investigadores del Centro Infantil Johns Hopkins, en Estados Unidos, aseguran que para curar una herida infectada es determinante la limpieza y drenaje de la misma, con independencia del antibiótico que se utilice para combatir la presencia de bacterias, según un estudio en niños que publica en su último número la revista 'Pediatrics'.

La investigación, en la que participaron casi 200 niños, estaba inicialmente enfocada a comparar la eficacia de dos antibióticos habitualmente utilizados para tratar infecciones en la piel, la cefalexina y la clindamicina, que han demostrado funcionar bien contra las bacterias más resistentes a fármacos.

Sin embargo, los autores del estudio observaron que la clave de la curación estaba en el cuidado de las heridas más que en la selección de uno u otro antibiótico.

"No importó el antibiótico utilizado", señaló el principal investigador del estudio, Aaron Chen, ya que, con ambos fármacos, las infecciones se superaron en una semana, observando en cambio que "cuando se limpiaba bien la zona afectada, se realizaba un drenaje y se vendaba bien, la curación era más rápida".

Según recuerda este experto, el cuidado de las heridas infectadas en la piel era suficiente en la mayoría de casos, si bien en los últimos años "había muchos médicos que estaban comenzando a prescribir antibióticos de forma preventiva".

Por ello, Chen y su equipo están satisfechos con los resultados de esta investigación porque el uso de antibióticos "puede tener efectos secundarios graves", al tiempo que "aumenta el coste asistencial" en estos casos.

En concreto, los 191 niños que participaron en este estudio tenían entre 6 meses de edad a 18 años, de los cuales 133 se habían infectado con el 'staphylococcus aureus' resistente a la meticilina (SARM), mientras que el resto presentaban una infección por otras bacterias no resistentes.