8 de febrero de 2011
Primera Hora
Sus altas concentraciones de grasa, sodio y preservativos provocan cierto grado de nostalgia para muchos puertorriqueños que se han acostumbrado a comer el "corn bif" encima de tostones, desmenuzado entre el arroz blanco, envuelto en una tortilla de huevo o solito, quizás, con alguna papita o cebollita. Las latitas de corned beef evocan los almuerzos en la escuela, un suculento plato en la cafetería de la esquina o una cena de una madre o padre que ha podido perfeccionar la elaboración del plato como si se tratara de una ciencia en que todos los ingredientes se mezclan y se cocinan a la perfección. Pero, desde el pasado diciembre, las latitas de la carne hervida comenzaron a escasear en las góndolas de los establecimientos hasta que fueron sustituidas por otros productos enlatados, como atún y jamonilla, que simplemente no saben igual. Uno de los principales suplidores del corned beef en Chicago retiró cerca de 200 toneladas de carne cocida en tres pedidos. Según detalla la página WalletPop.com, la empresa, que les suple el producto a las principales compañías de corned beef en Estados Unidos, como Libby, Brushy Creek Shredded Beef y Kroger, recibía la carne de Brasil. El Gobierno federal prohibió la importación de la carne de uno de sus principales suplidores en Brasil debido a muestras que arrojaron altas concentraciones de Ivermectina, una droga que se utiliza para matar los parásitos en animales. Varios retiros del producto provocaron una escasez de las latas tanto en Estados Unidos como en Puerto Rico. La portavoz de Walmart en Puerto Rico, Bruni Torres, aseguró que ninguno de los establecimientos en la Isla adscritos a la multinacional tenía latas de corned beef desde el pasado diciembre. Aunque algunos puertorriqueños sí han podido comprar el producto en otros establecimientos, particularmente colmaditos, muchos consumidores han optado por comprar otros artículos enlatados. " Es uno de los productos que más se venden porque está incluido en la canasta básica del consumidor puertorriqueño, al igual que los huevos, la leche, entre otros productos básicos. Siempre se registra una buena cantidad de ventas; no hay más latas en Walmart ni en todo Puerto Rico", sostuvo Torres, al asegurar que esperan tener corned beef para el próximo mes. "¿Qué alternativas tienen los ciudadanos? Pollo enlatado, salchichas, atún, jamonilla. Esta situación se debe a una veda que impuso el Departamento de Agricultura federal (USDA) el año pasado. La decisión fue detener la producción ya que no se cumplía con unos requisitos básicos" , agregó. Se estima que Brasil produce el 66 por ciento del corned beef que se enlata y vende en Estados Unidos, y que Argentina es el segundo suplidor de la carne a nivel mundial. No obstante, la mayoría de las compañías en Estados Unidos que venden corned beef lo obtienen de Brasil, ya que éste resulta ser bueno y barato. Los retiros de la carne enlatada también coincidieron con el aumento en precios de los productos enlatados, cuya demanda en Puerto Rico crece durante la temporada de huracanes. "El corned beef se convirtió en un commodity. Lo compras por el contenido y no por la marca. No se ha promovido el corned beef como una marca. No hay un patrón de ‘consistencia’. El que está en especial es el que uno compra", sostuvo el activista defensor de los derechos del consumidor, Gilberto Arvelo, mejor conocido como "Dr. Shoper". "Hemos visto un patrón alcista en los productos enlatados. Hace tres años se podía comprar tres latas de salchichas por un dólar y ahora te venden dos por 90 centavos", sostuvo. Arvelo indicó, además, que las ventas de corned beef guardan una relación directa con la temporada del año. "Cuando hay una escasez, ésta coincide con la baja en el consumo. Los almacenes y las tiendas no compran suficientes latas debido a que la demanda es menor", sostuvo.