10 de agosto de 2010
El Nuevo Dia
Abrir una tarjeta de crédito demora unos cuatro días, pero algunos usuarios se quejan de que el proceso para cerrarla puede tardar semanas y hasta meses. Lucía álvarez afirma que desde marzo gestiona cancelar una tarjeta con Citi. Dice que ha efectuado mucho papeleo sin aún lograrlo. "Cerrar una tarjeta es más tedioso que pedir la visa a Estados Unidos", dijo Lucía álvarez, empresaria y cliente de Citibank. Varios de los principales emisores sostienen que el plazo para cerrar el trámite va de unas pocas horas (Citibank, Banco Popular y Nacional) hasta cinco días (BAC Credomatic). Sin embago, para álvarez, su caso demuestra lo contrario. Esta vecina de San José decidió, en marzo pasado, saldar la deuda con Citibank y cancelar el servicio. Fue a una sucursal y un funcionario le dijo que la única manera de cerrarla era llamar a un call center porque él no podía realizar la gestión. álvarez llamó para efectuar el trámite, pero cuenta que se fue del banco sin la confirmación de la cancelación definitiva; solo se llevó un comprobante de pago. Hoy, cinco meses después, no tiene la certificación del cierre ni la letra de cambio que firmó cuando adquirió la tarjeta, ambas vitales en caso de que en el futuro surjan problemas de cobro judicial o de manchas en su record crediticio. Engorroso Como Lucía álvarez, 116 usuarios de tarjetas de crédito compartieron su experiencia sobre lo engorroso del trámite de cancelación de los plásticos, en el sitio de Facebook de nacion.com La consulta se efectuó el 19 de julio y el 5 de agosto. Maureen Jiménez aseguró que en su caso, con Credomatic, el problema fue que "los que atienden el call center dan unas instrucciones y en ventanilla dan otras". "En Citibank me dijeron que no debía pagar anualidad, pero, cuando intenté cerrar la tarjeta de crédito, me cobraron $55 por ese concepto. Me ofrecieron mantener la tarjeta para no pagarlo", expresó Sofía Vásquez en Facebook. Al igual que ella, el 66% de los participantes citaron dificultades con ese banco. Otro 22% se quejó de Credomatic, 4% de Promérica, 2.5% del Nacional y Servivalores, y 1% de los bancos Popular y HSBC. Lisandra Chaves, vocera de Citibank, reconoció que algunos de esos problemas son originados por el proceso de integración de la entidad con los bancos Cuscatlán y Uno, los cuales adquirió en el 2006. Eso podría explicar lo que le ocurrió a Antonieta Salazar, según su narración en Facebook: "Llegué a una sucursal y me dijeron que nadie podía realizar la cancelación, ya que se debe llamar a El Salvador para que ellos hagan el trámite". Chaves afirmó que están aplicando "fuertes medidas enfocadas en servicio al cliente, como el establecimiento de un centro de atención de reclamos". Otro caso Lorena Solís también decidió en marzo pasado pagar su deuda con BAC Credomatic. En una sucursal le cancelaron el plástico, pero, 15 días después, un ejecutivo de esa firma la localizó para informarle de un saldo pendiente de $45 por intereses. Solís explicó que la entidad le ofreció hacerse cargo de $30, asumiendo el error de comunicación, siempre que ella pagase el resto del dinero y mantuviera abierta la tarjeta por seis meses más. "Es una estrategia para que uno caiga en la tentación de usar la tarjeta una vez más. No quería aceptar ese trato, pero lo hice porque el ejecutivo me dijo que, si no, iba a aparecer como morosa en mi récord crediticio a pesar de haber pagado", dijo Solís, vecina de Heredia. El vicepresidente ejecutivo de BAC Credomatic, José Ignacio Cordero, explicó que ese tipo de inconvenientes puede darse por las llamadas transacciones flotantes; es decir, las que ocurren cuando un comercio reporta una compra después de cancelarse la tarjeta (el plazo para hacerlo es de 60 días). Cordero comentó que casos como el de Solís son aislados en la entidad y que anualmente solo el 5% de sus clientes retiran el servicio. Agregó que el trámite dura un máximo de cinco días hábiles, puede hacerse por teléfono o en sucursales, y las letras de cambio también se devuelven en pocos días. Por escrito Adriana Rojas, abogada de la Asociación de Consumidores Libres de Costa Rica afirmó que ha atendido casos de clientes que esperaron hasta seis meses por el cese de una tarjeta. Recomendó a los tarjetahabientes que optan por cerrar el servicio, redactar una carta en la que soliciten formalmente su cancelación. "Lleve el documento a su banco, pida el sello de recibido y la destrucción inmediata, y en su presencia, del plástico", aconsejó Rojas. Añadió que el cliente se asegurará así una prueba clara de su solicitud ante futuros reclamos. "Es preferible no aceptar cancelaciones por teléfono o Internet. Debe solicitarse el cese inmediato de los cargos automáticos por seguros , una vez pagados", dijo. Errol Gamboa, gerente de la División de Tarjetas del Banco de Costa Rica, aconsejó atender los pagos mensuales oportunamente en caso de que, al cerrar la tarjeta, la persona mantenga un saldo. "Así se evitarán atrasos que manchen su expediente y obliguen al banco a iniciar el cobro administrativo o judicial", afirmó. La abogada de la Dirección de Apoyo al Consumidor del Ministerio de Economía, Alejandra Ramírez, dijo que si un banco incumple con la cancelación de la tarjeta acorde con el contrato, el usuario puede entablar una demanda por incumplimiento contractual o por falta de información.