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31 de mayo de 2010

Consumer.es

Al consumidor le gustaría saber cuántas calorías le proporciona la ración de seis galletas que se come cada día en el desayuno o las dos rebanadas de pan de molde y las dos lonchas de pavo que toma en el sándwich. Sin embargo, el etiquetado nutricional de los alimentos no ayuda demasiado. Con el propósito de informar sobre esta cuestión, hoy, 28 de mayo, se conmemora el Día Nacional de la Nutrición, organizado por la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética, FESNAD, con el lema "Alimenta tu información".

La intención de las actividades organizadas durante la jornada, que marcará las acciones de las sociedades científicas de la Federación en los próximos meses, es concienciar a la población de la importancia de saber cómo interpretar el etiquetado nutricional de los alimentos.

En este contexto se han preparado recursos didácticos para lograr que los ciudadanos aprendan a leer y a entender con facilidad la información nutricional de los productos alimenticios. En la iniciativa colabora CONSUMER EROSKI, que puso a disposición de los consumidores una herramienta informativa pionera, más allá del etiquetado obligatorio, a través de su semáforo nutricional.

Despertar el interés

El etiquetado nutricional para adultos debería tomar las referencias de las cantidades orientativas para las mujeres y no para los varones

Contar con un etiquetado nutricional parte de la necesidad de escoger, con el mejor criterio, los alimentos que más se adecuan a las necesidades del consumidor. Previo a la formación del juicio, es necesario despertar en los ciudadanos el interés por estar informado. En esta línea, numerosas campañas e informaciones alertan del peligro que supone para la salud una alimentación equivocada. Y en sentido positivo, son cada día más habituales y escuchadas las voces que fundamentan que una buena alimentación, con una dieta equilibrada, es una de las herramientas más efectivas para esquivar enfermedades y potenciar las defensas frente a ellas.

La clave está en aprender a elegir, porque no hay en el mercado productos buenos o malos, igual que no hay alimentos obligatorios o prohibidos (salvo por prescripción médica debido a una enfermedad), pero sí dietas acertadas o equivocadas, que dependen de los alimentos que las configuren. Para conocerlos, hay que servirse de las etiquetas.

Comprensión inmediata

Un problema de las etiquetas que contenían información nutricional en cumplimiento de la Norma general de etiquetado, presentación y publicidad de los productos alimenticios (RD 1334/1999) era el uso en exceso de un lenguaje científico que alejaba al consumidor de la información. Las constantes modificaciones y adaptaciones han tomado la dirección para que el consumidor conozca de la manera más fácil la cantidad de calorías o de determinados nutrientes que aporta un alimento en relación a lo recomendado.

La información debe ser útil para que pueda interpretarse y conduzca a una conclusión de manera rápida. Para conseguirlo, se indica el porcentaje de la cantidad diaria orientativa (CDO) de energía (en Kilocalorías y Kilojulios), nutrientes de los alimentos (macronutrientes, como proteínas, hidratos de carbono, incluida la fibra, y grasas) y micronutrientes (minerales y vitaminas) que necesitan la mayoría de las personas sanas para mantener su salud. Esta información se ha implementado de manera amplia por parte de la industria alimentaria como base del etiquetado nutricional.

Máximas indispensables

En espera de que Europa adopte un etiquetado común con una información mínima sobre nutrición, tal y como se ha propuesto el Proyecto Flabel, la FESNAD señala algunas máximas que deben tenerse en cuenta al definir las cantidades diarias recomendadas de nutrientes. Indica que toda la información debería acompañarse con la siguiente lectura: "Las necesidades individuales de nutrientes pueden ser mayores o menores, dependiendo del sexo, edad, nivel de actividad física y otros factores".

Además, incide en que el etiquetado nutricional para adultos debería tomar las referencias de las cantidades orientativas para las mujeres y no para los varones, ya que "es más consecuente con el consejo dietético de evitar la excesiva ingesta de energía, grasas, grasas saturadas, azúcares y sal", y que en los alimentos para niños deberían tomarse como referencia las cantidades diarias recomendadas para ellos.

Todas estas recomendaciones se suman a la advertencia que ha publicado hace poco la EFSA (European Food Safety Authority), organismo europeo que, entre otras funciones, establece las bases científicas sobre las que sustentar tanto las declaraciones como los perfiles nutricionales de los alimentos. La institución, referencia en el ámbito nutricional, considera que las CDO son compatibles con la evidencia científica disponible, excepto en el caso de los carbohidratos, que deberían cifrarse en 260 gramos al día y no en 230 gramos, cantidad oficial en la actualidad.

LA FESNAD Y EL ETIQUETADO NUTRICIONAL

En el Día de la Nutrición, la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética estima que es crucial instruir a los consumidores acerca de la información nutricional contenida en las etiquetas de los alimentos. Alerta de que es necesario promocionar su uso y fomentar el hábito de leerlo y entenderlo. Por último, reclama que el objetivo que se debe cumplir es que la información del etiquetado nutricional se exprese en ración individual del alimento y que el tamaño de la ración sea estándar en una cantidad saludable.