9 de noviembre de 2009
La Opinion
Un número calculado por una fórmula matemática totalmente impersonal marca la vida y las posibilidades económicas en los Estados Unidos: el puntaje de crédito, mejor conocido como FICO Score, aunque éste no es el único modelo que existe. En los últimos dos años, el puntaje promedio de crédito de los estadounidenses se ha derrumbado entre 30 y 100 puntos, variando de acuerdo a qué compañía de crédito uno consulte. Ese bajón puede traer serias consecuencias para las posibilidades de crédito futuro de los individuos, e incluso de obtener ciertos trabajos o alquilar un apartamento, para no hablar de refinanciar su vivienda o comprar un carro. "Básicamente, el puntaje determina si lograrás o no obtener crédito en el futuro o incluso si eres una persona confiable para contratar para ciertos trabajos", señala el profesor de economía Aaron Tornell, de la Universidad de California en Los Angeles UCLA. "También determinará qué tasa de interés te cobrarán por futuros préstamos". El puntaje de crédito es un número que se calcula para predecir el riesgo futuro que significa un deudor. Es calculado en base a una fórmula que toma en cuenta el historial de pagos, utilización de crédito, tipos de crédito utilizado y por cuánto tiempo. Fluctúa entre 300 y 850 puntos. Una persona con un puntaje sobre los 720 es considerada con buen crédito, aunque este puede variar. Cada persona tiene, en realidad, tres puntajes diferentes bajo el modelo más usado, FICO, ya que hay tres agencias nacionales de créditos y cada una tiene su forma de calcular y reciben a menudo diferente información de los tres: Experian, Equifax y Transunion. "La mayoría de la gente no entiende lo que son los puntajes y cómo se calculan", señala Herb Kay, un estratega financiero y autor que vende un ‘software’ para que los consumidores puedan manejar y mejorar su crédito, uno de muchos productos que están proliferando en el mercado en medio de la crisis económica. "No se trata solamente de un pago tardío, son cosas como, por ejemplo, cuánto balance tiene uno en sus tarjetas y cómo está distribuido. Es mejor tener tres tarjetas con un balance bajo que una llena y dos vacías, por ejemplo", señala. Kay recuerda a los consumidores que la ley les da el derecho de exigir un reporte de crédito anual a cada uno de las tres agencias de crédito. Esto se puede obtener gratis en www.annualcreditreport.com. No obstante, los reportes son difíciles de entender para el común de los mortales y las agencias han buscado otra forma de ganar dinero ofreciendo gratis el reporte pero no el puntaje, por el que cobran otros 8 dólares por separado. La ley no les obliga a dar el puntaje, sólo el reporte. En los últimos dos años y particularmente desde el derrumbe financiero del pasado otoño, los bancos y tarjetas de crédito, buscando defenderse de la crisis, han reducido la disponibilidad de préstamo y aumentado sus tarifas y tasas de interés. En el camino se han llevado por delante los puntajes de crédito de millones de personas, aún de quienes tenían un buen historial de crédito. "Por un lado está el desempleo que dejó a muchas personas incapaces de pagar sus cuentas. Esto obviamente se refleja en el historial de crédito", apunta Tornell. "Por otra parte, los bancos rebajaron la disponibilidad de crédito en general, lo que afectó a personas con buen crédito igual que a los que no lo tienen". Eso exactamente le pasó a Fernanda M., una maestra de escuela de Los ángeles con un crédito casi perfecto, a la que su banco informó hace algunos meses que le reducían la línea de crédito de una tarjeta de crédito de 10,000 a 3,000 dólares y otra de 8,000 a 2,000 dólares. Aunque Fernanda tenía un bajo balance en sus tarjetas y siempre pagaba a tiempo, la decisión de los bancos de reducir el crédito en general no sólo irrita a la maestra de primaria, sino que daña su puntaje de crédito. "Yo entiendo que si uno hace algo mal le afecte el crédito pero, ¿por no hacer nada? Eso no me parece justo", señala. Algo mucho peor le ha ocurrido a las millones de personas que se han quedado sin empleo, han perdido sus casas en un embargo y se han visto incapacitados de pagar sus deudas. Más de 1 millón de personas presentaron bancarrota durante los primeros nueve meses de este año, la primera vez que esto ocurre desde que la bancarrota se hizo más difícil en reformas del año 2005, de acuerdo al Instituto Estadounidense de Bancarrotas. Esto tiene su efecto en los puntajes de crédito promedio a nivel nacional y por supuesto, personal. Miles de personas están buscando soluciones a su creciente deuda y a la imposibilidad de obtener crédito para cosas esenciales como comprar un carro o refinanciar una vivienda. Eso ha generado la proliferación de servicios –legítimos y no tanto- que ofrecen reparar el crédito de las personas. Los hay sin fines de lucro y lucrativos. Algunos ofrecen educación sobre crédito y un servicio de manejo de crédito que ayuda a los deudores a pagar su deuda por un interés más reducido al que tenían y sin tarifas de pagos atrasados. Otros ofrecen negociar con las tarjetas de crédito para reducir la deuda, un área en la que hay numerosas empresas fraudulentas que cobran por adelantado y no hacen nada a cambio. Darrin Brown, dueño de una empresa que vende sus servicios para examinar los reportes de crédito individuales, eliminar información errónea y negociar deudas con los acreedores, dice que hay muchas compañías que ofrecen más de lo que pueden hacer, pero también muchos deudores que creen en milagros. "La gente viene a mí y me dice, bórrame 50,000 dólares en deuda de mi reporte", señala Brown. "Cuando hay errores en el reporte uno puede lograr que se borren muchas cosas, pero la deuda sigue existiendo". Estas compañías pueden lograr que se eliminen ciertas marcas del reporte si están equivocadas "en algo de la información", pero la ley impide que se borre información fidedigna, dijo Brown. Parte del problema es la falta de información en el uso del crédito. Mucha gente está dándose cuenta ahora de la trampa en que pueden convertirse las tarjetas de crédito, en particular cuando el mercado está tan poco regulado como ocurre en este país. Chase A. Peckham, director de educación comunitaria de una organización sin fines de lucro que conduce seminarios informativos y ofrece programas de manejo de crédito, indica que "la mayoría de la gente no tiene idea de que el crédito no es dinero gratis sino que cuesta muchísimo más de lo que parece". Estos programas de manejo de crédito tienden a ser recomendados porque son no lucrativos y tienen bajo costo, y funcionan con un contrato por medio del cual el deudor se compromete a pagar la deuda completa a cambio de una reducción en el interés y a cerrar esas cuentas. "No hay una fórmula mágica", dice Peckham. "Pero es mejor pagar que declararse en bancarrota, la marca en el crédito es mucho menor". Por otro lado, la disponibilidad de crédito también es buena y ha contribuído al progreso del país, dijo el profesor Tornell. "En otros países no hay crédito para negocios o individuos", dijo. "Lo malo es cuando el crédito se utiliza mal". Recientemente, los fiscales generales de 40 estados del país, incluyendo el de California pidió a la Comisión Federal de Comercio (FTC) que regule más estrechamente la creciente industria de servicios de alivio de deudas (debt relief services) debido a la proliferación de fraudes y excesos. Los fiscales estatales han reportado un aumento severo en las quejas del consumidor respecto a este tipo de servicios. Para más información sobre cómo escoger un programa de manejo de deudas se puede consultar a la FTC en internet a esta dirección: http://www.ftc.gov/bcp/edu/pubs/consumer/credit/scre38.shtm. Recomendaciones: » Revisar su reporte de crédito al menos 1 vez al año. Puede pedir un reporte gratis a cada agencia de crédito a www.annualcreditreport.com » Revise su reporte para detectar errores o busque asesoría con un especialista. Si usa una compañía de reparación de crédito recuerde revisar sus antecedentes en el Better Business Bureau www.bbb.org y esté alerta a promesas demasiado ambiciosas. » No deje de pagar su deuda bajo ninguna circunstancia. Algunas compañías dicen que es la forma de forzar a las tarjetas de crédito a negociar, pero lo que suele suceder es que su crédito se daña e incluso puede ser objeto de demandas. » No cierre tarjetas de crédito aunque no piense usarlas: esto reduce su crédito total y daña su puntaje » Pague sus cuentas a tiempo. » Si siente que es objeto de fraude o engaño por parte de alguna de estas empresas, repórtelo al Better Business Bureau y a su fiscal estatal.