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28 de septiembre de 2009

El Nuevo Herald

Las grandes pérdidas de empleos y un aumento en los retiros adelantados obligarán en los próximos dos años al Seguro Social a pagar más en beneficios de lo que cobra en impuestos, la primera vez que eso sucede desde los años 80.

Los déficits --$10,000 millones en el 2010 y $9,000 millones en el 2011-- no afectarán los pagos a los retirados porque el Seguro Social ha acumulado superávits por un total de $2.5 billones. Pero se agregarán al déficit federal general.

Las solicitudes de prestaciones por retiro han aumentado 23 por ciento en comparación con el año pasado, mientras que las solicitudes de beneficios por discapacidad han aumentado en aproximadamente 20 por ciento. Autoridades del Seguro Social habían esperado que las solicitudes aumentaran debido al número de personas que están llegando a la edad de retiro, pero no esperaban un alza tan grande.

¿Qué sucedió? La recesión llegó y muchos trabajadores mayores se vieron de repente desempleados, de manera que la única opción que les quedaba era el Seguro Social.

"Muchas personas que en tiempos mejores hubieran seguido trabajando han optado por retirarse', dijo Alan J. Auerbach, profesor de Economía y Derecho en la Universidad de California en Berkeley. "Si fueran más jóvenes, los calificaríamos de desempleados'.

La pérdida de empleo ha obligado a muchos al retiro, aunque una cifra cada vez mayor de personas mayores desean seguir trabajando. Muchos no pueden darse el lujo de retirarse, especialmente después que el colapso financiero acabó con sus ahorros de retiro.

Otros no tienen otra opción.

Marylyn Kish cumple 62 años en diciembre, cuando puede comenzar a recibir beneficios de retiro adelantado. Kish desea demorar la solicitud de prestaciones al Seguro Social hasta que tenga por lo menos 67 años, porque mientras más espere mayor es el cheque.

Pero primero necesita encontrar empleo.

Kish vive en el pequeño Concord Township en el Condado Lake, Ohio, al noreste de Cleveland. La región, como muchas otras, ha sido fuertemente afectada por la recesión.

A Kish la despidieron hace un año de su trabajo de gerente de una agencia de empleo y ahora dedica las mañanas a buscar trabajo en internet. Ni ella ni su esposo, Raymond, tienen seguro médico.

"Quiero trabajar', dijo la mujer. "Tengo un cerebro y quiero usarlo'.

Casi 2.2 millones de personas solicitaron el retiro al Seguro Social desde el comienzo del año presupuestario en octubre del año pasado hasta julio, en comparación con menos de 1.8 millones en el ciclo anterior.

El aumento de los retiros adelantados ha afectado las finanzas a corto plazo del Seguro Social, que ya sentían la presión de la pérdida de 6.9 millones de puestos de trabajo en el país. El Seguro Social se financia con el impuesto a la nómina, que ha bajado debido a la fuerte pérdida de empleos.

La Oficina de Presupuesto del Congreso proyecta que el Seguro Social pagará más prestaciones que lo que recaudará en impuestos el 2010 y el 2011, la primera vez que esto sucede desde los años 80, cuando el Congreso reformó la entidad.

Se proyecta que el Seguro Social comience a generar superávits nuevamente en el 2012, antes de regresar de manera permanente al déficit en el 2016 a menos que el Congreso tome medidas. Sin nuevas normas, los $2.5 billones que el Fideicomiso del Seguro Social tiene acumulado desaparecerán para el 2037. Esos fondos se han ido gastando a lo largo de los años en otros programas del gobierno y ahora sólo son pagarés federales, que se pagarán a medida que el Seguro Social saca dinero de su fideicomiso.

El presidente Barack Obama ha dicho que le gustaría atacar el problema del Seguro Social el próximo año.

"Lo que hay que tener en mente es que es muy poco probable que salgamos de la recesión con una recuperación fuerte', dijo Kent Smetters, de la Facultad de Administración de la Universidad de Pennsylvania. "Estos déficits van a durar más de un par de años'.

Unos 43 millones de retirados y sus dependientes reciben beneficios del Seguro Social. Otros 9.5 millones reciben beneficios por discapacidad. El pago mensual promedio por retirado es de $1,100, mientras que el de los discapacitados es de $920.