25 de agosto de 2009
La Opinion
Hace algunos días Carolina Díaz no calculó bien el dinero que tenía en su cuenta corriente y se gastó 60 dólares en el supermercado, que pagó con su ATM. Lo malo es que sólo tenía 55 dólares disponibles en su cuenta. Pero en vez de rechazar el pago, el banco de Carolina permitió la transacción, lo que inmediatamente le costó, sin ella saberlo, 35 dólares adicionales en "overdraft fees" o cuota de sobregiro. Cuando fue a ver el balance de su cuenta, Carolina tenía 40 dólares en negativo: los 5 dólares gastados demás y el cargo de 35 dólares por el sobregiro. Tuvo suerte de no hacer otra compra o de no haber dejado pasar más días: la mayoría de los bancos cobra la misma tarifa por cada débito en negativo y una penalidad por cada día que la cuenta está sobregirada. El banco considera que le está haciendo un favor a Carolina, permitiendo la transacción. Le llaman a ese programa "protección contra sobregiros". Es diferente que lo que ocurre con una tarjeta de crédito, que es rechazada cuando sobrepasa el límite: hace años que los bancos se dieron cuenta que pagar –no rechazar- los cargos es altamente lucrativo. La práctica tenía más sentido cuando la gente pagaba principalmente con cheques, dicen activistas y el banco, para evitar más cargos y vergüenzas al cliente, los pagaba. Pero ahora, una compra en exceso de 1 ó 2 dólares con una ATM puede resultar en 35 dólares o más, dependiendo de cuánto tiempo la cuenta está en rojo y cuánto se tarda la persona en darse cuenta. Se trata, según indican grupos de protección al consumidor, como la Federación del Consumidor Americano y el Centro de Préstamos Responsables (CRL), de un préstamo muy caro. "El sobregiro promedio es de unos 17 dólares", señala Rebeca Borne, de CRL. "Sin embargo, la tarifa de sobregiro más común es 34 dólares. Cobran literalmente el doble por prestarte ese dinero. Un interés exhorbitante". Según un reciente estudio de la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC), una entidad federal que regula las entidades bancarias, si un banco cubre una compra de 20 dólares y luego carga 27 dólares de "fee", el "préstamo" puede remontar hasta el 3,500% si pasan dos semanas. El mismo estudio señala que las cuentas con menos dinero, de personas de bajos recursos, son las que más incurren en este tipo de sobregiro. El FDIC ha propuesto un par de nuevos reglamentos para tratar de resolver parte del problema, uno permitiría a los clientes salirse del programa de "pago de sobregiros" y otro, requeriría que el banco pidiera permiso al cliente antes de enrolarlo en dicho programa, cosa que es automática en la mayoría de los bancos. Borne indicó que CRL también favorece que se exija a los bancos informar al cliente antes de que este incurra en el gasto que sobregirará su cuenta. Hace un par de años, CRL estimó que los bancos estaban ganando 17,500 millones anuales sólo en tarifas de sobregiro. Se estima que la cifra más reciente supera los 20,000 millones. Un estudio de la Federación de Consumidores de América halló que las tarifas de los diez bancos más grandes del país están subiendo. El promedio es de 34 dólares, y ha aumentado 15% desde 2005. Los bancos afirman, sin embargo, que tienen productos que permiten a sus clientes prevenir este tipo de cargo de sobregiro. Afirman que los clientes deben vigilar sus cuentas para saber si tienen suficientes fondos y que ellos proporcionan acceso a los balances por teléfono u online. También hay bancos, como Wells Fargo y muchos de los bancos grandes, que ofrecen un alerta, que envía un mensaje de texto cuando un retiro baja el balance de la cuenta a determinado nivel. También tienen protección contra sobregiros, que enlaza una cuenta de cheques con una de ahorros, y cobran una tarifa mucho más baja por la transferencia si hay un sobregiro en la de cheques. Pero Borne señala que, aunque cobrar por un sobregiro sea una actividad lógica y legítima, "las tarifas deben tener una relación más directa con lo que le cuesta al banco la misma. Actualmente, son excesivas".