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22 de mayo de 2009

Consumer.es

La advertencia es clara: más de 70 productos para perder peso que contienen ingredientes farmacológicos no declarados y comercializados en Estados Unidos podrían suponer serios riesgos para la salud, según la Food and Drug Administration (FDA, Administración de Fármacos y Alimentos) del Departamento de Salud y Servicios Humanos del Gobierno de los EE.UU. La alerta empezó el pasado diciembre cuando la FDA avisó a los consumidores estadounidenses de la presencia en el mercado de 28 productos publicitados para la pérdida de peso que contenían ingredientes farmacológicos activos y que no estaban declarados en la etiqueta.

La denuncia de la FDA

A principios de este año, se habían identificado 41 productos fraudulentos más y, ahora, la lista ya sobrepasa los 70. Estos productos, que se comercializan de manera habitual como suplementos o complementos alimenticios o dietéticos y suelen acompañarse de las palabras "naturales" o "a base de plantas", se pueden conseguir con mucha facilidad por Internet, así como en tiendas y comercios.

El peligro llega, según los análisis de la FDA, por el contenido de ingredientes potencialmente dañinos no declarados en el etiquetaje o en la publicidad. En casi la totalidad de los productos analizados se halló (Sibutramina, fármaco anorexígeno (disminuye el apetito) utilizado en el tratamiento de la obesidad y que, en algunos suplementos, excedía más de tres veces las dosis recomendadas. Este exceso supone un riesgo de aumento de la presión arterial, taquicardia, palpitaciones y convulsiones.

El siguiente compuesto con mayor presencia fue la Fenolftaleína, sustancia química utilizada hace años como laxante pero que la FDA prohibió en 1999 por ser potencialmente carcinogénica en humanos. Su uso también está prohibido desde hace años en otros países como Francia, Alemania, Italia o Japón, mientras que en España se sigue utilizando como laxante.

Algunos suplementos mostraron contener trazas de Fenitoína, medicamento anticonvulsivo que podría causar problemas a aquellos consumidores alérgicos o hipersensibles a dicha sustancia. Uno de los productos contenía Rimonaband, fármaco para el tratamiento de la obesidad no aprobado en EE.UU. y retirado del mercado europeo en octubre de 2008 por sus efectos secundarios psiquiátricos graves.

En otro suplemento se halló Bumetanida, medicamento diurético con serios riesgos potenciales asociados a su uso. También se encontró Cetilistat en uno de los productos, fármaco experimental -todavía está en estudio- para el tratamiento de la obesidad y al que se asocian multitud de afectos adversos de tipo gastrointestinal, cutáneo y renal, así como interacciones con otros fármacos.

Otros de los compuestos encontrados en algunos de los suplementos fueron Fenproporex, estimulante derivado de las anfetaminas cuya comercialización no está aprobada en EE.UU.; Fluoxetine, ingrediente farmacológico activo del medicamento antidepresivo Prozac; y Furosemide, principio activo de un potente diurético que sólo se puede conseguir con receta médica y que se utiliza para el tratamiento de la hipertensión arterial, el edema y la insuficiencia cardíaca.

Los principios activos, a estudio

Los productos y sus principios activos analizados han demostrado que no cumplen con el criterio de ser eficaces y seguros a la vez

La controversia con los suplementos comercializados para la pérdida de peso va más allá del delito de adulteración con fármacos y sustancias tóxicas detectado por la FDA. Y es que estos productos contienen distintas sustancias que, según se publicita, contribuyen a la pérdida de peso, a la disminución de la masa grasa o a la aceleración del metabolismo, entre otros.

Diversos estudios, entre los que destacan los del Departamento de Medicina Alternativa de las universidades de Exeter y Plymouth (Reino Unido) y los de la Universidad de Harvard (EE.UU.), evaluaron la eficacia y la seguridad de los suplementos sobre los que se han realizado estudios, y que contienen alguno de los siguientes componentes: chitosan, picolinato de cromo, "Ephedra sinica", "Garcinia cambodia", piruvato, yerba mate, ácido linoleico conjugado, ginseng, té verde, L-carnitina, "Psyllium", raíz de Saint John, yohimba, glucomanano, goma de guar, hidroxi-metilbutirato y "Plantago psyllium".

La conclusión a la que llegaron fue que ninguno de los suplementos con los citados ingredientes tenía efectividad y/o seguridad en la pérdida de peso. Por ejemplo, los suplementos que contenían "Ephedra sinica", efedrina, que sí mostraron cierta efectividad, se asocian a un elevado riesgo de efectos adversos, como síntomas psiquiátricos, cardiovasculares o gastrointestinales.

Reciente también es el análisis sobre los productos para ayudar a perder peso más comercializados en farmacias que hizo público el pasado verano CONSUMER EROSKI. De los 12 productos más comercializados así como de los 14 complementos dietéticos en los que basan su supuesta eficacia estos productos, sólo uno de ellos, el glucomanano, puede mostrar una cierta evidencia científica, por su efecto saciante y reductor del apetito.

La evidencia científica y las recomendaciones

Según investigadores de la Universidad de Harvard (EE.UU.), para poder recomendar un suplemento es necesario que haya una gran evidencia científica acerca de la calidad del producto, de su seguridad (que no tenga efectos adversos) y de su eficacia. El Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (GREP-AEDN), en su documento de postura sobre "Complementos alimenticios para la pérdida de peso", declara que hay revisiones de la literatura científica de prestigiosa reputación que han analizado la eficacia y la seguridad de estos productos y sus principios activos, y han demostrado que no cumplen con el criterio de ser eficaces y seguros a la vez.

También es cierto que se comercializan muchos complementos que no están estudiados y, por lo tanto, tampoco pueden considerarse eficaces, y mucho menos, seguros. Varias instituciones científicas internacionales, como la American Dietetic Association, y españolas, como la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) afirman que no se pueden recomendar estos productos alimenticios, pues ninguna sustancia no farmacológica ha demostrado eficacia y/o seguridad en la pérdida de peso.

PRODUCTOS ILEGALES

Cabe remarcar que los productos citados en la investigación norteamericana nunca han estado aprobados por la FDA y, por lo tanto, son considerados ilegales en EE.UU. Se han iniciado medidas de incautación, emisión de requerimientos judiciales y de cargos criminales, ya que se considera un delito de salud pública por el serio riesgo que puede suponer el consumo de estos productos para un elevado número de usuarios potenciales, dada la facilidad de adquisición de muchos de ellos.

Para aquellas personas que ya los han consumido, la recomendación de la FDA es que acudan a profesionales de la salud. En cualquier caso, la organización también advierte que siempre es recomendable dejarse aconsejar por profesiones de la salud reconocidos y cualificados cuando se decida consumir cualquier tipo de producto para tratar una enfermedad, como en este caso, la obesidad.