26 de marzo de 2009
La Opinion
Atorados en una deuda perpetua. Así se encuentran muchos latinos en California que han recurrido a préstamos del "día de pago" o payday loans, cuya exorbitante tasa de interés anual asciende a 459%. Este fenómeno ocurre porque estos negocios se localizan hasta 2.4 veces más en comunidades hispanas y afroamericanas, en comparación con vecindarios anglosajones, según un reporte del Centro de Préstamos Responsables (CRL). Cada año estos locales registran ganancias de más de 247 millones de dólares, obtenidos por préstamos máximos de 255 dólares con una tasa de interés quincenal del 15%, equivalente, en este caso, a un cargo de 45 dólares. Sin embargo, si el plazo se extiende durante un año (26 veces) la deuda subiría a 1,170 dólares. Un prestatario refrenda en promedio hasta en nueve ocasiones. Por consiguiente, el pago de intereses termina superando el monto inicial, expone CRL. "Cuando termina el plazo y pagan únicamente el cargo, según ellos pagaron el préstamo, pero en realidad se comprometieron con otro", expuso César Castro, vocero de dicha organización. "Entran en un ciclo interminable de préstamos". En el informe Perfil predatorio: el papel de la raza y la etnia en la ubicación de los negocios de préstamos del día de pago se expone que quienes usan el servicio no lo hacen por una necesidad inesperada, sino por una falta económica crónica que les impide saldar sus cuentas en cada fecha límite. "Por eso muchos terminan sacando préstamo tras préstamo" hasta quedar atorados en un laberinto, indica el reporte. Miguel Rodríguez, originario del Distrito Federal y residente de Pico Rivera, recién saldó una deuda. "Pedí 100 dólares en el payday para no empeñar un reloj. Me sacó de un apuro, pero tuve que pagar y pagar por dos meses", dice. De acuerdo con la base de datos de The Pew Charitable Trust, unas 1,341 casas de cambio, negocios de empeño y casas de préstamo se localizaban en Los ángeles en 2006, principalmente en áreas donde residen minorías, que superaban los 694 bancos y uniones de crédito. A finales de 2008 una investigación del Departamento de Economía de la Universidad Clemson limpió la imagen de los negocios de préstamos del día de pago. Usando la base de datos de reportes de personas que se declararon en bancarrota de 1990 a 2006, el análisis no encontró evidencia de que la deuda con dichas instituciones financieras fuera la causa principal de tal situación. "La presencia de locales payday no tienen ningún efecto significativo con el Capítulo 13 de la Ley de Bancarrota", ni en el número de personas que se reportaron en quiebra en cada región, concluye. Según Sergio Carrillo, representante de la Asociación Americana de Servicios Financieros Comunitarios (CFSA), este tipo de locales se conducen en el marco de las leyes de California y la mayoría de sus clientes no son hispanos. "Dicen que tenemos intereses altos, pero en realidad quieren asustar a la gente porque el interés sube sólo si se saca otro préstamo", dijo. Antes de recibir un monto, explicó, la institución verifica del interesado su identificación, historial de crédito, sueldo, dirección y se exige contar con una cuenta bancaria. Una vez que se firma el contrato queda como aval un cheque firmado con la cantidad que se adeuda. Si el cliente no paga en el plazo fijado, éste se deposita y el banco le cobra recargos por sobregirar su cuenta: recibe un cargo extra. Considerando factores como el nivel económico, educativo o la presencia de espacios comerciales en un vecindario, la raza determina la ubicación de un local de préstamos rápidos, dice CRL, lo cual contrasta con la localización de los bancos. "Al estar cerca de las comunidades utilizan diferentes tácticas para atraer a los residentes", indicó Castro, quien resaltó que una de las principales razones por las que las personas recurren a estas instituciones es porque "tienen miedo de ir a un banco a solicitar dinero". "Durante estos momentos de crisis económica, lo que menos necesitan esas familias son préstamos exorbitantes que les sacan más dinero", dijo Castro. En un estudio sobre el perfil de los clientes de estas financieras, la Escuela de Negocios de la Universidad George Washington reveló que el 41% reportó ingresos anuales de entre 25 m il y 50 mil dólares, y 39% dijo ganar más de 40 mil dólares. Mientras que 90% indicó contar con diploma de preparatoria como mínimo, y 54% mencionó que había cursado algún grado universitario o concluyó sus estudios superiores. Los principales motivos de las personas para pedir préstamos son emergencias pequeñas como la pinchadura de una llanta, la reparación de un vehículo o la compra de medicamentos, expuso el CFSA. "Nuestro servicio es más barato que los cargos por cheque rebotado o el retraso de 39 dólares que se paga a las tarjetas de crédito", sostuvo Carrillo. "Y la tasa de interés que ofrecemos es más barata que ningún banco", subrayó. Para el CRL, los bancos y las cooperativas de crédito del estado ofrecen servicios opcionales de crédito.Actualmente, subraya el CRL, más de 15 estados y el Distrito de Columbia han prohibido —por sus altos intereses— los permisos de funcionamiento a casas de préstamos de emergencia.