18 de febrero de 2009
El Nuevo Herald
NUEVA YORK -- Según una superstición del mundo del teatro, se supone que un mal ensayo general pronostica una buena noche de estreno. Si ese fuera el caso con la televisión, Estados Unidos podría estar en buena forma cuando detenga su última transmisión analógica en junio, porque los preparativos realizados para la suspensión en menor escala del martes confundieron tanto a espectadores como a las propias estaciones. Durante años, el gobierno y el sector televisivo han dicho que el 17 de febrero sería el día en que expiraría la señal analógica de televisión y que los telespectadores que no tuvieran sistemas de cable o satélite tendrían que recurrir a sintonizadores digitales. No obstante, cuando se acabaron los cupones que permitieron subvencionar la compra de cajas convertidoras, al Congreso le preocupó que los espectadores no estarían listos, por lo que aprobó apresuradamente una iniciativa de ley que postergó el plazo al 12 de junio. Al mismo tiempo, el Congreso dejó la puerta abierta a aquellas estaciones que desearan apegarse al plazo del 17 de febrero. Cuando una tercera parte de las televisoras estadounidenses dijeron que preferirían eso, la Comision Federal de Comunicaciones quitó el pie que detenía la puerta, poniendo condiciones adicionales a algunas de ellas. Hasta el viernes pasado quedó más o menos claro, cuáles estaciones suspenderían sus transmisiones analógicas cuatro días después y cuales esperarían unos meses más. Un mosaico de 641 estaciones en todo el país, principalmente en las áreas menos pobladas, están por acabar sus transmisiones analógicas esta semana o ya lo han hecho. Los mercados más poblados donde muchas o todas las estaciones de las redes más importantes están cortando la señal analógica incluyen a San Diego y Santa Barbara, en California; Providence, Rhode Island; La Crosse y Madison, Wisconsin; Rockford, Illinois; Sioux City, Iowa; Waco, Texas; Macon, Georgia; Scranton, Pensilvania; y Burlington, Vermont. Nadie sabe realmente cuántos espectadores se verán afectados esta semana. La firma Nielsen Co. dijo 5,8 millones de hogares estadounidenses (5,1% de todas las casas del país) no estaban listos para el fin de la señal analógica, pero es incierto cuántos de ellos están en áreas donde esta semana habrá señal digital exclusivamente. La Asociación Nacional de Programadoras ha desestimado los números de Nielsen, alegando que exageran el problema al haber contado hogares que tienen convertidores digitales pero que no los han conectado.