6 de febrero de 2009
La Opinion
El FBI (Oficina Federal de Investigaciones) advirtió ayer de que las ofertas de ganar fortunas en los avisos de publicidad de "empleo desde casa" —que pululan en la recesión económica— pueden terminar en estafas y la explotación de los trabajadores. La cifra oficial de desempleo subió al 7.2% en diciembre —9.2% entre los hispanos en EE.UU.— y también han aumentado los anuncios que proponen "ganar dinero respondiendo a encuestas", "gran oportunidad de negocio" trabajando a domicilio. "Trabaje desde su casa y consiga lo que siempre soñó", es una promesa repetida en estos avisos. Por supuesto, se puede "empezar hoy mismo, y recibirá cientos de dólares por semana". El FBI indicó que "sigue recibiendo numerosas denuncias de individuos que han caído víctimas de estafas por trabajo en su casa". "Estas propuestas de trabajo a domicilio están diseñadas por criminales para ganarse la confianza de personas que buscan empleo, y que luego sacan ventajas de esa relación laboral para llevar a cabo su actividad ilegal", indicó el comunicado de la policía federal. "La mayoría de las víctimas ni siquiera se da cuenta de su participación en una conducta criminal hasta que es demasiado tarde", añadió. Aunque varían mucho en cuanto a los trabajos a realizar o los servicios que se ofrecen, estas ofertas comúnmente aseguran que los participantes "toman el control de sus vidas", o "recuperan el control de sus finanzas" y "construyen un futuro de seguridad financiera para ellos y sus familias". La propuesta, obviamente, tienta más a los que llevan un tiempo sin empleo, pero también suena atractiva para quien, aunque tenga empleo, esté disconforme con su trabajo o con su remuneración. De manera que los ofertantes de "trabajo desde casa" aseguran que se puede ganar dinero adicional en el empleo actual o en "el tiempo que se pierde viajando al trabajo". Y, sobre todo, la gran promesa: "Liberarse de jefes y horarios". El FBI indicó que "en muchos de los fraudes denunciados a las víctimas a menudo se les contrató para que ‘procesaran pagos’, manejaran ‘transferencias de fondos’ o ‘reenvío de productos’". Estos fraudes laborales a menudo "permiten que los criminales roben identidades cuando las víctimas dan su información personal —y a veces hasta información sobre sus cuentas bancarias— a sus supuestos ‘empleadores’". "Los criminales luego usan la infor- mación de la víctima para abrir cuentas en tarjetas de crédito, subastas en internet, registro de sitios en la red, a nom- bre de su víctima y con eso cometen otros crímenes", añadió.