5 de febrero de 2009
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El Senado aprobó el miércoles por la noche un recorte fiscal hasta por 15.000 dólares a los que adquieran casas, una medida que busca revitalizar al sector de la vivienda. La aprobación fue vista como un triunfo para los republicanos, ansiosos por dejar su marca en el enorme paquete de estímulo que forma parte medular del plan de recuperación económica del presidente Barack Obama. El recorte de impuestos fue aprobado sin disidencia y ocurrió el mismo día en que Obama, en tono cortés pero firme, respondió a los críticos republicanos de su plan de estímulo económico, e incluso se mostró dispuesto a considerar reducciones a las partidas de gasto en el proyecto. "No hagamos que la búsqueda de la perfección sea el enemigo de lo esencial", dijo Obama, en momentos en que los republicanos en el Senado arreciaban sus críticas al gasto contemplado en el plan y presionaban para incluir más recortes de impuestos y más ayuda para los dueños de casas. Obama había advertido más temprano que la recesión en Estados Unidos se convertirá en una "catástrofe" si el Congreso no aprueba rápidamente su plan de recuperación, cuyo costo supera ya los 900.000 millones de dólares. Los dirigentes demócratas habían prometido conseguir la aprobación de la medida para que Obama la firmara a finales de la próxima semana, aunque reconocieron en privado que necesitarán aceptar algunas reducciones en el rubro de gasto para conseguir su aprobación. Por su parte, los republicanos conservadores fracasaron en sus intentos iniciales de forzar grandes recortes al paquete de estímulo. El senador republicano Johnny Isakson, quien dio impulso al alivio fiscal para los compradores de casas, afirmó que esta medida estaba encaminada a ayudar a reanimar al sector de la vivienda, que virtualmente se había derrumbado debido a la crisis crediticia que comenzó a fines del año pasado. La propuesta permitirá obtener un crédito fiscal del 10% del valor de las viviendas nuevas o existentes, hasta un límite de 15.000 dólares. La ley vigente ofrece recortes impositivos hasta por 7.500 dólares, pero sólo para las personas que adquieran una casa por primera vez. La oficina de Isakson indicó que la propuesta le costará al gobierno unos 19.000 millones de dólares. Los demócratas rápidamente estuvieron de acuerdo con la propuesta, aunque ésta podría ser modificada o de plano eliminada a medida que el plan de estímulos siga avanzando en el Congreso durante los próximos 10 días, aproximadamente. Otros esfuerzos republicanos para modificar la medida fueron derrotados. El más amplio de ellos, presentado por el senador republicano Jim DeMint, fracasó en una votación en la que los sufragios estuvieron orientados en su mayoría por las líneas partidistas, con 36 votos en favor y 61 en contra de su plan. Habría reemplazado la iniciativa de la Casa Blanca con una serie de recortes de impuestos en ingresos personales y empresariales, así como en ganancias de capital, y al mismo tiempo habría dejado como permanentes los recortes impositivos impulsados por el gobierno del presidente George W. Bush. "Esta iniciativa necesita ser recortada", indicó el senador republicano Mitch McConnell. El legislador refirió una partida de 524 millones de dólares para un programa del Departamento de Estados que contemplaría la creación de 388 puestos de trabajo. "Esto nos daría una cifra de 1,35 millones de dólares por empleo". Después de días de soportar ataques retóricos, Obama y los demócratas en el Senado organizaron una contraofensiva frente a los republicanos, quienes aseveran que sólo con recortes de impuestos se puede sanear a la economía. Obama dijo que las críticas que ha escuchado "hacen eco de las mismas teorías económicas fracasadas que nos hundieron en esta crisis desde un principio, como la noción de que sólo los alivios fiscales resolverán todos nuestros problemas". "Rechazo esas teorías, al igual que lo hizo el pueblo estadounidense cuando asistió a los puestos de votación en noviembre, cuando votaron rotundamente en favor de un cambio", agregó el presidente, quien fue elegido por una gran mayoría de votos y goza de un alto nivel de aprobación al comienzo de su mandato. Obama no mencionó a ningún legislador republicano, y la mayoría ha indicado su respaldo a una serie diferente de rubros de nuevos gastos. Empero, Obama reiteró su mensaje palabra por palabra el miércoles en la tarde, aunque suavizó el impacto partidista de sus comentarios al reunirse en la Casa Blanca con senadores moderados dispuestos a unirse a una causa bipartidista. Aunque el mandatario exhortó a los congresistas para que actúen rápidamente, también prometió hacer los cambios que necesite la iniciativa, criticada por incluir gastos que supuestamente no tendrían un impacto inmediato en la economía. "Ningún plan es perfecto y debemos reforzarlo", declaró Obama a reporteros en la Casa Blanca. "Mostremos al pueblo de nuestro país que busca liderazgo en estos momentos difíciles que estamos a la altura del desafío", agregó. "Una omisión de actuar, y de actuar ahora, convertirá la crisis en una catástrofe y causará una recesión más larga, una recuperación menos robusta y un futuro más incierto", dijo. "Por eso siento tal urgencia acerca del Plan de Recuperación Económica y Reinversión".