28 de enero de 2009

La Opinion

Los compradores de Kraft Foods Inc. y Frito-Lay Inc. se declararon culpables de aceptar cientos de miles de dólares en sobornos, como parte de una estafa que contribuyó a aumentar el precio de los alimentos en todo el país, afirmaron ayer los fiscales. Robert Watson, de White Plains, N.Y., se presentó ayer culpable ante un tribunal federal en Sacramento por aceptar 158 mil dólares del procesador de tomates con sede en California. Watson, de 59 años, era el encargado principal de compras de Kraft.

La Oficina del Procurador de EEUU afirmó que James Wahl Jr., de 58 años, ex comprador de Frito-Lay en Dallas, también aceptó declararse culpable por aceptar unos 160 mil dólares.

Los cargos indican que ambos ayudaron a Randall Lee Rahal, agente de ventas y director de SK Foods, de Lemoore, a cobrar a sus empresas precios inflados. SK Foods cultiva y procesa productos como pasta de tomates y tomates en cubos, 95% de los cuales se procesan en California.

Los abogados de Watson y Wahl no devolvieron de inmediato los mensajes telefónicos del martes.

Renee Zahery, portavoz de Kraft, señaló que los fiscales habían informado a la empresa que Watson era el único empleado sospechoso de Kraft en la investigación. Kraft no está siendo investigada y está colaborando, afirmó.

Los fiscales afirmaron que Watson se aseguró que, entre 2004 y 2008, Kraft comprara aproximadamente 230 millones de libras de productos elaborados con tomates procesados de SK Foods a precios más altos. Se declaró culpable de dos cargos por fraude posta . La sentencia se dictará el 5 de mayo.

"Hemos sido víctimas de un ex empleado", afirmó Zahery. No dijo cuándo ni por qué Watson dejó la empresa con sede en Illinois y no quiso hacer conjeturas sobre la forma específica en que sus actos afectaron los precios de los alimentos de Kraft.

Wahl se declarará culpable "en el futuro cercano", afirmaron los fiscales. El lunes, se presentaron dos cargos de fraude postal en servicios honestos contra el ex encargado principal de grupos en lo que respecta a los ingredientes de Frito-Lay.

Los cargos alegan que aceptó sobornos entre 1998 y 2008 a cambio de proporcionar información a SK Foods que ayudara a cobrarle a Frito-Lay precios inflados.