27 de enero de 2009
El Vocero
El excedente de inventario de nuevas viviendas podría extenderse al menos durante cinco años y está provocando la caída de los precios. En algunos mercados, la caída es de hasta 25% y hay proyectos que llevan hasta seis meses sin vender una sola casa. Ante esta situación los bancos se han vuelto más estrictos a la hora de otorgar préstamos a los desarrolladores, explicó Myrna Díaz, vicepresidenta de la división de construcción de Banco Santander, durante el Segundo Foro de la Industria de la Construcción, organizado por el Colegio de Contadores Públicos Autorizados. El excedente de viviendas asciende a 18,000 viviendas. La saturación del mercado de vivienda es patente en el segmento de vivienda con precios superiores a los $300,000, con un excendente superior a las 4,000 unidades. La recesión ha provocado un aumento en el desempleo, las quiebras y se están ejecutando segundas viviendas porque se han dejado de pagar. "La situación del mercado exige prudencia en el otorgamiento de nuevos créditos de construcción", asegura. En muchos casos, para otorgar el préstamo se exige al desarrollador una mayor aportación, que puede rondar el 40% de la inversión. Las tasaciones son esenciales y deben incluir el índice de absorción del proyecto. Si no hay ventas, todos los meses se ajusta la tasación. "Si el proyecto no está vendiendo o baja los precios eso tiene un efecto adverso sobre la tasación", asegura Díaz. "Nos encontramos con proyectos que no obtienen beneficios, por lo que no hay incentivos para terminarlos", añade. "Los bancos podemos seguir prestando, pero ante la situación económica tenemos que analizar prudentemente cada riesgo en particular". La crisis ha llegado al punto de que hay contratistas demandando a desarrolladores por falta de pago, asegura. "El crédito contributivo provisto por el gobierno tuvo resultados mixtos. No redujo el inventario caro, pero ayudó a mover el inventario en el segmento medio (de $120,000 a $250,000)", comentó la ejecutiva, que dijo que todos los desarrolladores inscribieron en el Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO) unidades que todavía no habían salido a la venta o no estaban en construcción. "No se pensaba que el crédito se iba a agotar tan rápido, pero fue efectivo".