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10 de enero de 2009

Yahoo

En menos de seis semanas, las televisoras del país eliminarán sus transmisiones analógicas y comenzarán a emitir en forma digital, lo que podría dejar sin recepción a ocho millones de hogares que tienen aparatos analógicos y captan la señal por aire.

Esa realidad alcanzó esta semana a los legisladores y al próximo gobierno del presidente electo Barak Obama, después que el Departamento de Comercio se quedara sin dinero para emitir cupones que subvencionan la adquisición de cajas convertidoras de la señal analógica a la digital. Los espectadores que no reciban televisión por cable o vía satélite, o que carezcan de un aparato receptor con señal digital, necesitarán esas cajas para poder usar los aparatos analógicos.

La insuficiencia de fondos para costear el programa de cupones fue la razón principal que impulsó al equipo de transición de Obama a pedir al Congreso que retrase el fin de la recepción analógica programada para el 17 de febrero. Empero, el programa de las subvenciones es uno de varios obstáculos que dificultarán la transición a una recepción digital sin sobresaltos.

Un peligro potencial es que muchas personas que creen estar preparadas para el cambio podrían perder algunos canales _o incluso quedar totalmente sin recepción_ a no ser que adquieran una nueva antena.

Ello obedece a que muchas estaciones cambiarán su señal cuando adopten la transmisión digital al variar la ubicación de los transmisores o la frecuencia de emisión.

La Comisión Federal de Comunicaciones dijo que el 18% de las nuevas estaciones de televisión del país dispondrán de una señal que alcanzará a un 2% menos televidentes que sus transmisiones analógicas actuales.

Algunos televidentes podrían quedarse sin señal debido al llamado "efecto de acantilado" digital. Al contrario que la señal analógica, las transmisiones digitales son recibidas claramente o enmudecen por completo, lo que significa que los televidentes en los confines de la cobertura analógica que actualmente reciben imágenes borrosas las perderán totalmente.

Esos televidentes seguramente necesitarán antenas más potentes en el interior o en el exterior de sus viviendas _además de cajas convertidoras_ para mantener la recepción actual. Empero, los críticos sostienen que el gobierno ha hecho poco para educar a los consumidores en este tema y no subvenciona el costo de las antenas, que pueden valer entre 75 y 150 dólares.