25 de julio de 2006
A tan sólo cuatro meses de entrar en efecto el impuesto al consumo de 7%, ya han sido innumerables los comerciantes, que ante la incertidumbre de lo que sucederá y preveyendo una considerable merma en las ventas, han incrementado entre 25¢ y 50¢ el precio de sus artículos. Y no es tan sólo eso, sino que también han anticipado que, a partir del 15 de noviembre esos precios reflejarán otro incremento, por una suma muy similar, aunque la ley establezca otra cosa.En un recorrido por diversos puntos de ventas, EL VOCERO pudo evidenciar que los comerciantes, ante el desconocimiento de lo que sucederá y de la manera en que se implementará el "sales tax", ya se han dado a la tarea de aumentar sus precios. Sepa que, a partir del 15 de noviembre, desde una botella de agua hasta una alcapurria le estará costando entre $1.25 a $1.50, aunque conforme a la ley el aumento sólo representaría 7¢ por dólar, para un total de $1.07 para dichos productos.En la actualidad, en la mayoría de los negocios de ventas de comidas, los precios ya se han incrementado y se estima que para noviembre se les podría aplicar otro aumento de entre 25¢ y 50¢, por los gastos en los que ahora tendrán que incurrir. Sin embargo, la mayoría de los negocios de ventas en la calle, coincidieron en que el cobro del "sales tax" se hará en efectivo, pero desconocen la manera en que tendrán que rendir el mismo al Departamento de Hacienda. La mayoría aceptó que desconocen cómo trabajarán con ese trámite, y aseguraron que "las ventas se vendrán abajo por los primeros tres meses en lo que la gente se acostumbra".La mayoría de los entrevistados entiende que a esta fecha las ventas se han visto afectadas por el desconocimiento que existe, por lo que no descartarían que ante la imposición del "sales tax", las ventas "sigan en picada". Como resultado, entienden que la gerencia de estos comercios podría tomar la decisión de reducir personal y perder sus empleos y, en el mejor de los casos, las comisiones se reducirían sustancialmente.Coral Colón, vendedora de la tienda Artasia, apuntó que aún no ha recibido ningún tipo de orientación. "En negocios como el nuestro, cuyos artículos no son de primera necesidad, un aumento adicional definitivamente nos va afectar. Por eso debemos generar algún tipo de estrategia para atraer clientes".En igual sentido se expresó Epi Ortiz, de It?s Hot. "No hemos recibido ninguna orientación, sin embargo entiendo que nos afectaremos porque ahora mismo ya las ventas están bajas y la calle está mala. Otro impuesto afectará bastante. Aún sin el impuesto, hemos vistos reducir nuestras ventas diarias en más de 50%. Estimamos que al imponerse el impuesto, definitivamente las ventas caerán mucho más y, con ello, nuestras comisiones y hasta nuestros empleos". Asimismo, María Otero, de Paradise Cigar, quien entiende que tras el nuevo impuesto las ventas van a bajar, ya que los consumidores sustituirán sus compras por productos de mayor necesidad. Igualmente, coincidió en que para poder competir y enfrentar este impuesto se verán obligados a bajar los precios.Kioscos y ventas en las callesEn este sector, el desconocimiento es total. Muchos de estos vendedores desconocen de qué se tratará el "sales tax" y otros simplemente desconocen como llevarán a cabo el proceso, ya que en sus puntos de ventas el único modo de paga es el efectivo.Wilson Reyes, que posee una licorería y una guagua que vende frituras, dijo que desconoce cómo llevará a cabo el proceso. Lo que sí aseguró saber es que "las ventas se vendrán abajo, porque las personas no van a estar dispuestas a gastar un centavo más". En su caso, su estrategia está enmarcada en ofrecer algunas ofertas. Sin embargo, en el área de bebidas alcohólicas, entiende que el efecto será mayor, ya que las personas, "aunque no dejarán de beber, sí reducirán su consumo drásticamente".Por su parte, María Cueto, del Kiosco El Progreso, indicó que si aplican "el ?sales tax? tengo que subir los precios, porque yo también voy a tener que pagar más por los ingredientes y materiales de trabajo. Entiendo que esto va a seguir afectando este tipo de negocio, que desde el cierre del Gobierno hemos vistos nuestras ventas mermar en más de 40%".Por su parte, los vendedores en las calles parecen no haberse enterado de que el "sales tax" está próximo a comenzar y que también les aplica. En ese sentido, Angel Sánchez, vendedor ambulante de viandas y frutas, entiende que no se verá afectado, porque no contempla cobrar el 7%, sino asumirlo él mismo. No obstante, hasta el momento de la entrevista desconocía que los alimentos sin procesar están exentos, razón por la cual no se les aplicará ningún impuesto.Este no es el caso de José González, vendedor ambulante de donas, quien hasta el momento no ha sacado cuenta de cuánto tiene que aumentar el producto para la aplicación del impuesto. Sin embargo, aunque aún no ha aumentado el precio, manteniéndolo a $1.50, entiende que para noviembre éste deberá estar en $1.75, cifra que supera el 7%, ya que el precio real del producto debería ser $1.61. Esta modalidad es la que permea en toda ese sector.Establecimientos con "sales tax" municipalEste el caso de Illusion Leather, Sunny Planet, Bababoom, Valija Gitana, Nous, Kitty Land, entre otras tiendas, las cuales aceptaron que en sus inicios, a escasos días de aplicar el "sales tax" municipal, en Guaynabo, las ventas se han reducido en más de un 20%.Durante el recorrido de EL VOCERO por el centro comercial San Patricio Plaza, se pudo constatar que las ventas y los descuentos eran la orden del día. En la mayoría de los negocios se presentaba descuentos de entre 20% y 60%. Sin embargo, para los vendedores, la situación es preocupante porque la merma se ha visto con un impuesto de sólo 1.5%, lo que entiende se incrementará cuando el impuesto sea de 7%.Sin embargo, la esperanza de todos los vendedores es que una vez los consumidores se acostumbren, y toda la Isla tenga impuesto el "sales tax", las ventas vuelvan a su nivel."Es cuestión de costumbre. El cliente se ajusta poco a poco. Lo importante es que el comerciante realice estrategias que permitan atraer a los clientes, y definitivamente, los descuentos y las ofertas son excelentes opciones", apuntó Carla Alamo, de la tienda Illution Leather."Muchos clientes se sorprenden porque no sabían del impuesto pero luego lo pagan sin protestar. Otros simplemente dejan el artículo. Entiendo que es cuestión de costumbre. En nuestro caso, para atemperarnos a este cambio y poder competir con otros centros comerciales que no tienen el impuesto, hemos ofrecido ofertas de verano con descuentos de 20%. Donde también hemos visto merma es en nuestros ingresos, ya que las comisiones son basadas en ventas y al reducirse, automáticamente caen nuestros ingresos".