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  Por el libro
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27 de septiembre de 2006

La superintendencia de la Policía se comprometió a traer a la Isla al policía Ramón Otero para que testifique en el caso del contratista Wilmer Cervoni Caquías, quien está acusado de timar a un matrimonio de Dorado por $12,000.

Otero fue el policía que investigó el caso de Cervoni, radicado por la pareja timada.

Récord

En los tribunales hay una treintena de demandas contra el contratista, y esta semana se pospuso por segunda ocasión la vista de uno de los casos, el de los Figueroa-Salgado.

Otero ya no es miembro de la Policía. Pero la fiscal Rebeca Carrasquillo que lleva el caso quiere traerlo a Puerto Rico para que Otero ofrezca su versión sobre la investigación que realizó cuando formaba parte de la Uniformada.

Mientras, el secretario del Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO), Alejandro García Padilla, puso a la disposición del matrimonio Figueroa-Salgado el expediente con las cinco querellas radicadas contra el contratista y que están en la oficina del DACO en Ponce.

?Se está comenzando a hacer justicia?, exclamó Sonia Salgado, al escuchar al superintendente Pedro Toledo y a García Padilla expresarse sobre su caso.

Cervoni Caquías timó a los Figueroa-Salgado por $12,000.

Al recibir el cheque, lo cambió, pero jamás realizó el trabajo, ni siquiera lo comenzó.

El DACO ha multado a Cervoni Caquías en tres ocasiones, la primera fue en julio del año pasado por $5,000. En esa ocasión, la querella llegó al tribunal y éste no se presentó por estar preso por pensión alimentaria.

La segunda fue por la misma cantidad en mayo de este año, y la tercera fue dos meses después por $2,000. Al presente, Cervoni Caquías no ha pagado ninguna de las tres.

Las cinco querellas que pesan en su contra en el DACO de Ponce son por incumplimiento de contrato.

Alegan los querellados que el contratista les solicita un depósito para hacer la obra de construcción y/o la impermeabilización de techos, en algunos casos comienza la obra y la abandona, y en otros nunca se presenta a cumplir con el contrato.

En el caso que menos dinero cobró por concepto de depósito pidió $500 y en el que más ha cobrado pidió $16,000.

En este último caso, lo contrataron para terminar una vivienda, por lo que cotizó $28,500. El querellante le pagó $16,164 y Cervoni Caquías sólo construyó la zapata y abandonó la obra.