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  Por el libro
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28 de septiembre de 2006

28 de septiembre de 2006

WASHINGTON, D.C.? Los pagos morosos en las cuentas de tarjetas de crédito crecieron la primavera pasada, cuando los altos precios de energía apretaban las finanzas de algunas personas, dificultándoles pagar las cuentas a tiempo.

La Asociación de Banqueros Estadounidenses, en su reporte trimestral de préstamos al consumidor, reportó el miércoles que el porcentaje de pagos de tarjeta de crédito atrasados 30 días o más aumentó al 4.41 % en el trimestre de abril a junio, un poco arriba del 4.40% del período de enero-marzo.

"Los altos precios de gas y las alzas de las tasas de interés del Banco de Reserva Federal (Fed) han dejado a los consumidores con menos dinero en sus bolsillos. Por eso tienen menos dinero restante para satisfacer todos sus gastos, incluyendo el pago de sus préstamos", dijo James Chessen, economista principal de la asociación, explicando el aumento de pagos tardíos en el segundo cuarto.

Desde entonces, la gasolina y otros precios de energía han caído y el Fed ha parado su campaña de alza de intereses. La semana pasada el Banco Central decidió, en la segunda reunión consecutiva, mantener estable la tasa de interés ?un movimiento que da a los prestatarios un respiro.

"El apretón financiero se puede aliviar un poco en el tercer trimestre, cuando dejaron de subir los intereses y los precios de gas bajaron más del 17 % desde finales de junio", dijo Chessen.

El reporte trimestral está basado en información suministrada por más de trescientos bancos a escala nacional.

El sondeo muestra también que el índice de faltas de pago en una combinación de otros tipos de préstamos al consumidor, incluyendo de automóvil y ciertos préstamos de plusvalía de casa, subieron al 1.96 % en el segundo trimestre, del 1.94 % en el primer trimestre.

Mientras tanto, el enfriamiento del mercado de la vivienda tiene implicaciones importantes en los consumidores y la economía en general.

Los consumidores estuvieron inclinados a gastar y tomar prestado contra sus casas ?tratándolas como una ATM? paravivir más holgadamente. Pero los precios de casas han perdido altitud desde entonces.