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  Por el libro
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10 de octubre de 2006

Un puertorriqueño convicto en Nueva York por conspirar para defraudar al Gobierno federal se encuentra en campaña en la región montañosa de la Isla ofreciendo trabajadores -traídos del exterior- para la cosecha del café.

Edwin Rivera, dueño de la empresa "Inmigration Hoy News Today" y quien mercadeaba en Nueva York servicios legales como abogado sin serlo, le ofrece a cada caficultor puertorriqueño conseguirle mano de obra en el exterior a cambio de $500 anuales.

El secretario de Agricultura, José Orlando Fabre, confirmó que Rivera les hizo ofrecimientos a los caficultores en una reunión en la que estuvo presente su ayudante María Eugenia Beck.

Y tras asegurar que su ayudante sólo fue a la reunión a escuchar, le hizo un llamado a los agricultores de café a que "no se dejen engañar".

La reunión fue coordinada por Ramón Catalá, del Servicio de Extensión Agrícola de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez.

Rivera confirmó a Prensa Asociada que el 28 de septiembre se reunió con unos 25 agricultores en Yauco, quienes supuestamente estuvieron de acuerdo con el negocio que les ofreció.

"Le pregunté (a los agricultores) por los obreros puertorriqueños y me dijeron que los boricuas no quieren recoger café", expresó en entrevista telefónica desde Nueva York.

Brad Maione, de la Oficina del Secretario de Justicia de Nueva York (OAG, en inglés), indicó a la AP que Rivera se declaró culpable de conspirar para defraudar al Gobierno federal.

A cambio se le desestimaron otros cargos que pesaban en su contra por conspiración para defraudar el Servicio de Rentas Internas federal, reclamaciones falsas e intimidación a testigos y jurados.

A Rivera se le acreditaron dos años de cárcel que ya había cumplido y se le permitió salir en libertad supervisada dos años, durante los cuales debió someterse a un programa de salud mental.

Según Maione, originalmente la corte pensó que Rivera no estaba mentalmente capacitado para ser enjuiciado. La percepción de la corte se basó en un escrito del propio Rivera en donde se autodefinía como un colaborador de agencias federales, incluyendo el FBI, en la lucha en contra de la inmigración ilegal.

"Presentó alegaciones de reuniones con el FBI y de haber trabajado con éstos en operativos... La corte pensó que estaba delirando", añadió.

Posteriormente varios siquiatras determinaron que las fantasías eran parte del montaje de Rivera para también engañar al tribunal.

Rivera, sin embargo, alegó que el caso es fabricado por una investigación que él inició contra el Departamento de Justicia de Nueva York por éstos haber defraudado por $90,000 a la Asociación de Abogados Puertorriqueños. "Yo soy auditor", manifestó.