10 de septiembre de 2007
En www.doctorshoper.com, hemos visto como todos los días se publica en los medios de comunicación algún incidente relacionado con algunos productos manufacturados en China. Que si el alimento para perros, que si la pasta de dientes, que si el pescado, que si las gomas de auto y, por último, los juguetes. Si vamos a la página de Internet de la Consumer Product Safety Commission, no pasa un día que no se anuncie el recogido de algún artículo manufacturado en China.
Pero, ustedes dirían, "si prácticamente todo lo que consumimos los puertorriqueños viene de China", y nosotros tendríamos que decir que es cierto. Lo que sucede es que, hasta que no tuviera repercusiones en la salud y la seguridad de los consumidores, lo hecho en China no era problema porque era barato y más con lo botarate que éramos los puertorriqueños, y digo éramos porque el Impuesto sobre las Ventas y Uso (IVU) nos ha enseñado a modificarnos.
Quién diría que los consumidores puertorriqueños nos estamos cepillando los dientes con pasta dental de China, la causante de muerte de alrededor de 40 consumidores en Panamá, cuando en Puerto Rico hay una marca que domina el mercado y hay pastas dentales manufacturadas en Estados Unidos a precios menores que las de China. Lo que sucede es que nosotros no leemos las etiquetas de lo que compramos. La gran mayoría de los consumidores no conocen la procedencia de los productos que consumen o presumen la procedencia del mismo.
Un ejemplo es el arroz. Un sondeo que estamos llevando a cabo en nuestra página muestra que más del 90% desconoce la procedencia del arroz que está consumiendo, y usted le pregunta a cualquier consumidor y le dice que es americano, cuando la realidad es que la mayoría del arroz grano mediano y corto viene de China, donde los niveles de salubridad del cultivo dejan mucho de qué hablar: más de 500 millones de personas carecen de agua potable segura, según datos suministrados por el Ministerio de Salud de China.
La situación más alarmante es la de los juguetes, en especial los que vienen para los bebés o niños pequeños. Muchos padres, haciendo malabares y sacrificios para poder darle gusto a ese niño, le compran un juguete. Que ese juguete sea el causante de algún accidente o enfermedad es para preocuparse, porque, aparte de que nos cuesta, ahora vienen acompañados de incertidumbre por la seguridad.
En www.doctorshoper.com, hacemos ciertas recomendaciones para enfrentar esta situación:
1. Lea bien la etiqueta de los productos y el lugar de procedencia. Si existe una opción que usted entienda que cuenta con criterios de manufactura más seguros, aunque le cueste un poco más, considérelo.
2. Evite comprar productos de marcas desconocidas.
3. Evite comprar productos, como detergentes, que todavía son manufacturados con ingredientes que son perjudiciales para los cuerpos de agua.
4. En el caso de los juguetes, trate de mantenerse en los que no sean muy pintados, ni con muchos embelecos. Esos son los que más se han recogido.
5. Mucho cuidado con esas maquinitas de sorpresas, ya que son muy propensas a contener artículos que tienden a ser más peligrosos.
Esta es una oportunidad de tomar conciencia y ser más selectivos y cuidadosos al pensar cómo vamos a trabajar con la próxima temporada de compras navideñas. Con un bolsillo afectado y con la incertidumbre de la seguridad, es una buena coyuntura para que Santa y los Reyes regalen cosas más útiles y seguras. Y en relación con el problema de que se engorda en la Navidad, si el arroz es de China, no lo coma, y, cuando comience el año, se economiza tener que ir al gimnasio para rebajar las libras de más.
Por último, consuma productos producidos localmente. No se ponga a inventar. Recuerde que lo barato sale caro… y de China, cuidado.