22 de octubre de 2007
Por: La Opinion
¿Tienes alguna vieja deuda y no sabes muy bien qué hacer con ella? Tómate el tiempo necesario para evaluar la situación y no hagas nada hasta que no tengas una estrategia clara y toda la información necesaria a tu alcance.
Una deuda antigua impagada es siempre mucho menos peligrosa que una actual. Cualquier deuda afecta negativamente tu informe de crédito, pero pasados siete años se elimina y tu crédito queda limpio.
Otra cosa son los cobradores, que pueden perseguirte por deudas antiguas ?incluso de más de 10 años? tratando de sacar algo de provecho de ellas. Pero tranquilo, la Ley de Prácticas Justas para el Cobro de Deudas está del lado del consumidor.
Sin embargo, debes tener cuidado de no dar ningún paso en falso que incline la balanza de la justicia hacia el otro lado.
Te pueden llevar a juicio por una deuda no pagada hasta el último minuto del estatuto de limitaciones, que determina el tiempo limite para presentar demandas por un delito específico.
Para deudas impagadas el límite suele ser entre tres y seis años, aunque en algunos estados es más largo. Para saber cómo se aplica esta ley en tu estado, puedes consultar: www.creditinfocenter.com/rebuild/statuteLimitations.shtml.
Pasado ese tiempo es ilegal que un cobrador amenace con demandarte. Tampoco pueden llamarte antes de las 8:00 de la mañana ni después de las 9:00 de la noche.
Es ilegal que te molesten con llamadas repetidamente, que te llamen al trabajo si les pides que no lo hagan o que hablen sobre la deuda con cualquiera que no seas tú o tu abogado.
No obstante, mide bien tus pasos. En algunos estados, determinadas acciones ?como realizar un pago parcial o simplemente reconocer lo adeudado? pueden convertir una deuda antigua en vigente. Por eso la primera vez que recibes una llamada de un cobrador, si no lo tienes muy claro, lo mejor es no decir nada y no reconocer la existencia de la deuda en cuestión.
La ley dice que el cobrador está obligado a enviarte una notificación escrita indicando la cantidad adeudada y el nombre del acreedor. Debes responder a esa carta del cobrador en los 30 días siguientes por correo certificado para tener prueba de la recepción, pidiendo al cobrador que verifique la deuda.
Según la ley, no pueden volver a contactarte hasta que no la hayan verificado. Las deudas antiguas pasan a menudo de una agencia cobradora a otra y es fácil que se pierda la evidencia.
Aunque no se te pueda ya demandar por la vieja deuda, puedes sentir la obligación moral de pagarla. Si decides hacerlo, actúa con precaución. Para empezar, asegúrate de que el pago encaja en tu presupuesto. Nunca dejes de pagar tus obligaciones actuales para cancelar una deuda antigua.
Si los números cuadran, empieza la negociación con el cobrador. Normalmente no es tarea fácil, pero el cobrador será mucho más receptivo si le ofreces cancelar la deuda en un solo pago. De esta manera no es inusual conseguir descuentos de hasta el 50%.
Si tienes duda, especialmente para deudas cuantiosas, consulta a un abogado especializado en asuntos del consumidor.
Puedes conseguir buena información en libros especializados, como Money Troubles: Legal Strategies to Cope With Your Debts, de Robin Leonard, o Collection Agency Harassment: What the Debt Collector Doesn’t Want You to Know, de Richard L. Dimaggio.