8 de noviembre de 2007

Por: Primera Hora

Con la compra de un auto nuevo le salió el tiro por la culata.

 José Arroyo compró un carro Ford Fusion del 2006. Entusiasmado con su auto, se fue a manejar por las autopistas cuando se dio cuenta de que uno de los paneles del carro tenía la pintura dañada.

Llevó el auto al concesionario Fajardo Ford, donde lo adquirió.

Cuando se lo entregaron notó que el vehículo estaba desbalanceado. Regresó el vehículo al concesionario.

Una vez lo tuvo de vuelta, se dio cuenta de que las válvulas hacían ruido y así siguieron apareciendo los desperfectos.

“El carro me salió limón”, cuenta Arroyo.

El joven actualmente tiene un caso en la corte para el que ha tenido que incurrir en gastos de abogados.

“Puerto Rico, al no tener una ley, no nos provee a los consumidores herramientas para trabajar este tipo de situaciones”, dijo el consumidor.

 Otro de los manifestantes, identificado como Rumildo Ramos, posee un auto Volvo que tiene las gomas mal colocadas por lo que cuando vira, choca contra el casco del auto y provoca una colisión.

Ramos ha tenido que seguir manejando su auto así pues el concesionario automotriz correspondiente no le ha arreglado las imperfecciones en el tiempo de garantía.

Ramos ha incurrido en gastos de alquiler de carro cuando ha sido necesario.