9 de noviembre de 2007
Por: El Nuevo Herald
El desastre de las hipotecas subprime o de alto riesgo sigue cobrando víctimas. El mercado del automóvil de Estados Unidos bien podría ser otra en el 2008.
Algunas compañías automovilísticas y proveedores de repuestos, que ya se encuentran en condiciones financieras precarias, se aprestan a tener un año en el que los consumidores pueden decidir posponer las compras de nuevos vehículos.
Con la caída de los precios de las casas, los propietarios ya no pueden tan fácilmente tomar prestado contra el capital de su vivienda para comprar un nuevo auto. Pueden enfrentar mayores costos mensuales de la vivienda si las tasas de sus hipotecas ajustables saltan.
Además de las preocupaciones de la vivienda están los crecientes precios del combustible.
Todo ello puede contribuir al peor año para el mercado de Estados Unidos desde 1997, cuando las ventas de automóviles y camionetas totalizaron menos de 15.5 millones de unidades. Hasta el momento en esta década, las ventas anuales han promediado unos 16.9 millones de unidades.
Erich Merkle, analista automovilístico, vaticina ventas de 15.6 millones de automóviles y camionetas el año próximo, lo cual constituiría una baja del 3 por ciento desde los 16,1 millones vehículos que probablemente se venderán para el final del 2007.
Robert Nardelli, el jefe ejecutivo de Chrysler, dijo que el mercado ha 'cambiado dramáticamente' desde que Daimler AG decidió vender su cuota de Chrysler en febrero.
Mark LaNeve, subdirector general de ventas del grupo de GM, dijo creer que el 2008 se ``parecerá un montón a este año'.
Las tres compañías automovilísticas de Detroit han reducido sus operaciones hasta la médula a la vez que negocian los contratos laborales más flexibles en su historia.