21 de diciembre de 2007
Por: El Nuevo Herald
Dan Guillén supervisa cinco tiendas de zapatos en la Florida pero sólo una lo tiene entusiasmado por las ventas de Navidad este año: su tienda Ecco en Aventura Mall.
Es la única que ha vendido $1 millón en calzado durante el 2007 y Guillén da crédito a los compradores extranjeros del sur de la Florida por el éxito.
'Ese es el que gasta el dinero, el turista internacional', dijo Guillén. ``A una persona que viene de Michigan sólo le vendes un par de zapatos, pero alguien de Venezuela, por ejemplo, compra seis, siete, ocho'.
Los pronósticos parecen cada vez más mediocres para los detallistas esta temporada festiva de compras, con los problemas en el mercado de bienes raíces y un mercado de la Bolsa errático preocupando a los consumidores americanos y sus bolsillos. Pero las tiendas del sur de la Florida esperan que los compradores extranjeros --afortunados por la baja del dólar frente a otras monedas-- traerán alguna alegría financiera este mes.
'Los compradores americanos no son los mismos del año pasado', dijo Johanne Saieh, propietaria de Patchi Le Chocolat en Dadeland Mall. ``Los extranjeros son los que están comprando'.
La franquicia vende chocolate libanés por $42 la libra y Saieh dijo que muchos clientes locales no van a gastar mucho este año. Eso no ocurre con sus compradores latinoamericanos. ``No se quejan de los precios'.
Los compradores extranjeros, que hasta ahora representan un tercio de las ventas de Patchi en esta temporada navideña, proveen un importante amortiguamiento financiero en medio de intensas preocupaciones sobre la economía de EEUU.
'Puede significar una diferencia', dijo Sean Snaith, director del Instituto de Competencia Económica de la Universidad de Central Florida. ``El momento de los gastos es importante porque estamos tratando de evaluar esta situación de los bienes raíces. Le está dando un poco de impulso a la economía'.
Claro, por mucho tiempo el sur de la Florida ha confiado en los compradores extranjeros para impulsar las ventas --desde los latinoamericanos que vienen a comprar aquí hasta los turistas canadiense en el invierno que frecuentan las tiendas de Broward en su peregrinaje anual al sur.