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7 de julio de 2008

Por: El Nuevo Dia Orlando

Solicitar una tarjeta de crédito se ha vuelto imposible para Gilberto Rivera Hernández. En sus 35 años de vida jamás ha tenido una tarjeta, sin embargo aparece como deudor de miles de dólares a distintas compañías e instituciones.

Y es que Rivera Hernández es una de las miles de víctimas del robo de identidad.

“A mí el Servicio de Rentas Internas (IRS) me notificó en el 2000 que me habían robado la identidad y desde entonces he tratado de resolver la situación”, dijo.

Aún así, admitió que no fue hasta el 2005 que logró establecer los contactos necesarios para lidiar con la pesadilla que parece no tener fin, debido a que no contaba con los recursos necesarios para obtener la información que necesitaba.

Desde entonces, ha visitado las oficinas del seguro social, abogados, policía y otras entidades gubernamentales para tratar de limpiar su nombre y su crédito.

“Siempre que yo solicitaba una tarjeta de crédito me decían que no porque yo estaba delincuente (en los pagos) y yo no entendía por qué si yo nunca había tenido una”, sostuvo.

Con el paso de los años, este puertorriqueño no sólo ha descubierto que alguien le robó la identidad, sino que también ha obtenido pasaportes, licencias de conducir, autos y servicios de salud utilizando su nombre.

Según un expediente de crédito que mostró la víctima a El Nuevo Día, el individuo que se hace pasar por él está residiendo en California y debe dinero a distintas entidades y compañías que alcanzan los miles de dólares.

Entre los gastos que aparecen bajo su nombre está una cuenta de un hospital en California de más de $1,000, autos, servicios y hasta la membresía de un gimnasio.

Según el "Federal Trade Comission", en el 2005 (últimas cifras disponibles) 8.3 millones de estadounidenses fueron víctimas de robo de identidad.

De estas, 3.2 millones -o el 1.4 % de la población- reportaron que sus tarjetas de crédito habían sido utilizadas sin su autorización, 3.3 millones señalaron que hubo un mal uso de otro tipo de cuentas que aparecían bajo sus nombres y otro 1.8 millones de personas señalaron que alguien había abierto cuentas o cometido otro tipo de fraudes valiéndose de su identidad.

Actualmente, Rivera Hernández cuenta con un nuevo número de seguro social.

Sin embargo, esto no le ha servido de mucho ya que traspasaron todas las cuentas que existían en el antiguo número a este, por lo que no le ha servido de mucho el cambio.

Además, aseguró que ahora aparece su contribución al seguro social en cero porque su trabajo lo dejaron adjudicado al número anterior.

“Yo fui a la Policía de Orlando y llené un reporte, pero me dijeron que esto tomaba mucho tiempo y que a lo mejor no podían hacer nada porque la persona estaba en otro estado. También llamé a un Departamento de Policía cercano a donde vive la persona y llené un reporte pero no ha pasado nada”, relató Gilberto.

“No sé porque no van y buscan a la persona, si tienen toda la información”, añadió frustrado.

Por otro lado, le parece inaceptable que la Policía no esté haciendo nada para detener a un delincuente.

“Esta persona podría ser un terrorista y ellos, con toda la información (que tienen), no hacen nada”, manifestó.

Entretanto, Rivera Hernández continúa utilizando parte de su tiempo para visitar oficinas gubernamentales y abogados con la esperanza de poder recuperar la identidad que hace más de ocho años le arrebataron.

Mientras esto sucede, cada día se despierta con el temor de lo que pueda pasar con su identidad mientras no se detenga al individuo que se hace pasar por él.